La tribuna

manuel / peñalver

Las elecciones europeas

LAS elecciones al parlamento europeo, que se celebrarán el próximo veinticinco de mayo, presentan lecturas y consideraciones del máximo interés político y sociológico. El resultado será esclarecedor a este respecto. Porque disipará dudas y nos hará llegar jugosos comentarios sobre dos palabras de la Grecia clásica: política y democracia. Tan estrechamente relacionadas. Tan intrínsecamente unidas. Con la argumentación de Pericles haciendo historia: "El estado democrático debe aplicarse a servir a la mayoría y procurar a todos la igualdad delante de la ley, debe al mismo tiempo protegerse contra el egoísmo y proteger al individuo contra la arbitrariedad del Estado".

El análisis previo nos conduce de manera inexorable al momento por el que atraviesan los dos grandes partidos: PP y PSOE. O PSOE y PP. Hay, sin duda, un leve indicio de que el estado de la economía mejora; sobre todo, en los indicadores relacionados con el turismo (y lo que supone el mismo para la creación de empleo) y las exportaciones. ¿Será ello suficiente para frenar el voto de castigo que todo gobierno sufre por los errores en la gestión y el desgaste que supone el ejercicio del poder? El metalenguaje de la práctica política y del aparato del partido tiene la respuesta.

Los ciudadanos piensan y reflexionan. Y deciden a quién votar o abstenerse. Habrá que estar muy atentos al índice de participación. Y estudiar el porcentaje de la abstención. Unos y otros aspectos nos revelarán los argumentos a modo de corolario. Si el PP pierde, las alarmas saltarán y la figura de su líder será cuestionada, como en otras ocasiones. Si, por el contrario, es el PSOE el que no consigue sus objetivos el problema recaerá en Alfredo Pérez Rubalcaba. Las primarias esperan.

Otras preguntas surgen de forma inmediata: ¿Cómo incidirá VOX en el Partido Popular? ¿Qué representación obtendrá UPyD? ¿Conseguirá algún representante Ciudadanos? ¿Crecerá IU como se prevé? Ese día de mayo, ya tan cercano, va a resultar decisivo para entender el presente y el inmediato futuro de la política nacional. Las elecciones autonómicas y municipales no quedan tan lejos. Ello mismo no puede hacernos olvidar la situación en Cataluña. Los partidos constitucionalistas pueden y deben llegar a un acuerdo. El sentido y la responsabilidad de Estado así lo exigen. Y más aún en circunstancias tan preocupantes como las actuales. "Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo", dijo, alguna vez, Abraham Lincoln.

Política y democracia en la España del siglo XXI. Como étimos a los que hay que dar brillantez y esplendor con el significado, siempre mirífico, de la ética y la regeneración. Con ese discurso que existe junto al semantema libertad en los orígenes de su símbolo en el siglo de Pericles, desde las reformas de Clístenes (510 a. C.), el padre de la democracia ateniense. Fue él quien aseveró: "El sabio no sigue los mandamientos de las leyes, sino de la virtud".

Dos enunciados más para este contexto histórico: uno, el de María Zambrano: «Si se hubiera de definir la democracia, podría hacerse diciendo que es la sociedad en la cual no solo es permitido, sino exigido, el ser persona». Otro, el de Kofi Annan: "No existe un solo modelo de democracia, o de los derechos humanos, o de la expresión cultural para todo el mundo. Pero para todo el mundo, tiene que haber democracia, derechos humanos y una libre expresión cultural".

Hemos aprobado muchas asignaturas en nuestra reciente historia. Pero, de la misma manera, quedan pendientes otras. Los pilares básicos de una sociedad son la enseñanza y la cultura (economía aparte). Y a los dos hay que dedicar la atención que reclaman y merecen. "Solo el hombre culto es libre", afirmó Epicteto, el filósofo griego, de la escuela estoica, que vivió parte de su vida como esclavo en Roma.

Volvamos al principio de este artículo de opinión. Y lleguemos a concluir que Rajoy y Rubalcaba se la juegan en estas elecciones. Lo discutan o lo refuten. Pero entre la realidad y el deseo sigue habiendo alguna diferencia. España no está para muchas bromas, aunque los chistes de cada día nos ayuden a no perder el sentido del humor. Llegar a final de mes sigue siendo una aventura. Lo cual no tiene ninguna gracia. Volvamos a las páginas del periódico. Las tardes de primavera son largas. Y las horas suman tiempo para leer. Ya lo dijo Jorge Luis Borges: "Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios