Desde mi experiencia

José Miguel Ponce

¿Cómo elijo un libro?

Cuando nos disponemos a leer, necesitamos tener criterios para seleccionar el libro adecuado. En primer lugar, tenemos que decidir para qué queremos leer. No es lo mismo leer para descansar que para adquirir conocimientos. Debemos evitar es seleccionar un libro por el nivel de ventas. No hay ninguna garantía que eso suponga que sea mejor que otros. Con frecuencia esos libros que tanto se venden, están apoyados por una buena campaña de publicidad y no vale la pena leerlos.

Por lo tanto, conviene conocer alguna crítica o recensión para decidir si vale la pena el gasto y el tiempo que le vamos a dedicar. Te aconsejo que le des un vistazo al índice para hacerte una idea de conjunto y después hacer unas "catas" previas; es decir, unas lecturas breves de puntos seleccionados en el índice, para comprobar si su contenido nos resulta valioso para los fines que queremos lograr con su lectura. En caso de duda se debe pedir consejo a personas que ya hayan leído ese libro o con especialistas de la materia de que se trate. También puedes tener en cuenta las recomendaciones de los críticos literarios de prestigio y los blogs sobre libros y lecturas de confianza. Te sugiero que leas aquellos libros que realmente te apasionan y enganchan desde el principio (puedes darles la oportunidad de leer las primeras 50 páginas) no sigas leyendo aquellos libros que no han sido capaces de transmitirte nada.

Con los libros se dialoga. La lectura es una actividad intelectual, no solo una mera recepción de los contenidos. Por eso, te sugiero la lectura de esos grandes libros que nos permiten el dialogo con pensadores, escritores o historiadores que no pasan de moda, que han resistido el paso del tiempo, los que son preferidos por los buenos lectores. Me refiero a los "clásicos" de cada materia, ya sea de literatura, especialmente de las grandes novelas; de historia, y dentro de ella las biografías; el ensayo en materias de pensamiento como filosofía, política, artístico, científico o religioso. Algunos de estos libros son reconocidos universalmente (Los Evangelios, El Quijote o La Celestina), otros son apreciados por los especialistas de cada materia. Como no podemos leer de todo, hay que resignarse a escoger entre nuestros intereses, con una dieta variada, como hacemos con la comida. Hay que tener en cuenta que la inteligencia, como el cuerpo, no vive de lo que come sino de lo que asimila.

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