República de las Letras

Los empresarios dejan al PP con el culo al aire

Los indultos a los presos políticos van sumando voluntades: la pela es la pela, que dijo aquel catalán

Tanto los empresarios españoles como los catalanes avalan los indultos a los presos políticos independentistas. El Presidente, tras explicarlos a la sociedad civil catalana ayer en el Liceu -si la cita, finalmente, se ha llevado a cabo cuando este artículo salga hoy martes-, va a anunciarlos el próximo día treinta después del Consejo de Ministros del Gobierno de coalición de izquierdas. La Iglesia catalana los apoya también, aunque esto, dada la trayectoria de la institución a lo largo de la historia reciente, era de esperar. Montserrat, como se sabe, es el Vaticano catalanista. Y los principales sindicatos, UGT y Comisiones Obreras, están a favor.

Todos han entendido que ese es el camino hacia el diálogo, no el enfrentamiento ni las posiciones cerriles. Los catalanes son, por definición y mentalidad, por tradición y pragmatismo, dialogantes, negociadores. Gente práctica que ha visto claro que lo ocurrido hace cuatro años no beneficia a nadie y que esa nueva etapa económica que anuncian cada vez con más énfasis los entes y agentes económicos, tanto españoles como internacionales -la última, Ana Patricia Botín-Sanz de Sautuola O'Shea, presidenta (con a) del Banco de Santander-, esos nuevos felices años veinte que auguran tan alegremente, no pueden verse enturbiados en España por la existencia de presos políticos, hecho trascendental que ha puesto en entredicho a la democracia del 78 ante todo el mundo económico occidental -junto con la corrupción galopante, el desprestigio que los escándalos del emérito han acarreado a la Monarquía y la existencia de políticos exiliados-. La pela es la pela, dicen los catalanes. Los negocios son los negocios, dicen los empresarios. La pasta es lo primero. Y ahora vienen los fondos europeos.

¿Y qué hace, mientras, el PP? Acosado por los procesos judiciales en curso y los que tiene pendientes, que son muchos, y puesto bajo el punto de mira de M.A.R., Casado se ha visto en un grave apuro por Ayuso cuando la flamante presidente (con e) de la Comunidad de Madriz (con z) ha apelado a la firma del Rey a propósito de los indultos. Y ha seguido cerril, mostrenco y tirado al monte, solo acompañado por la extrema derecha y por la derechita extremada con este asunto. Se impone el diálogo. A nadie le interesa el enfrentamiento permanente con Cataluña. Es peligroso. Para la economía, digo.

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