Utopías posibles

Nos encantan los cambios

Entendemos que somos parte del fuego cruzado de la mejor política, esa que piensa en la batalla antes que en el bien común

La verdad es que a los docentes nos encantan los cambios. De hecho, pensamos que es lo mejor para nuestros alumnos y alumnas. En educación somos gente seria, empezando por la Consejería. Por eso, nos ha encantado que, solo unos días antes de la entrada en vigor de la nueva educación, hayan sacado nuevos currículos de Primaria, Secundaria y Bachillerato, basados en la ley anterior.

Sé que para personas ajenas al terreno educativo estoy empezando a hablar en arameo antiguo, así que intentaré traducirlo. Cada vez que se cambia la ley de educación (cosa muy habitual), el mismo gobierno central tiene que sacar después toda una serie de normas que van detallando diferentes cosas. El ministerio tiene que promulgar varios Reales Decretos sobre asignaturas, horarios, metodología, evaluación, etc. Posteriormente, es obligatorio que cada Consejería concrete mucho más al detalle esos aspectos a través de Decretos, Órdenes, Instrucciones, etc. Esto es un largo proceso legislativo que suele durar varios años. Al final suele haber un mínimo de dos o tres Reales Decretos, otros dos o tres Decretos, dos o tres Órdenes e innumerables Instrucciones. Es decir, haciendo un cálculo rápido y "por lo bajo", una ley orgánica trae detrás unas 12 normas, solo en enseñanza obligatoria. Tras ella, todos los documentos de cada centro educativo, que no son pocos, hay que cambiarlos también.

Lo que más nos ha gustado, en este caso, es que la consejería haya sacado una norma basada en la LOMCE, solo días antes de que termine su vigencia. Así el gobierno central no puede impugnarla, pero sabemos que en cuestión de un año tiene que ser derogada. Habrá que sacar otra. Nos parece maravilloso que se saquen nuevas asignaturas optativas en Secundaria que solo durarán un curso, que rompan y rehagan las cargas horarias de departamentos, la libre disposición (con menos autonomía a los centros)... Es maravilloso todo. Es genial que aumenten y dupliquen la burocracia en las escuelas. De hecho, es lo que más necesitamos.

Entendemos perfectamente que somos parte del fuego cruzado de la mejor política, esa que piensa en la batalla antes que en el bien común. Nos encanta estar al servicio de intereses partidistas. Por eso acataremos la norma con la misma seriedad con que han sido aprobadas. Ni un milímetro más, ni menos. No sea que luego digan que la culpa de que las cosas no funcionen, es del profesorado.

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