Si uno visita la ciudad alemana de Colonia lo que más le sorprende es la inmensidad de su catedral, monumento gótico de impresionante presencia, construida para guardar los restos de los Reyes Magos. Su construcción se prolongó durante seiscientos años. Los tres Reyes reposan en un relicario de tres compartimentos, joya de orfebrería, situada en el centro de la Catedral, siendo el eje respecto al cual giran todas las miradas. Su presencia llena la estancia de profunda espiritualidad. Es por lo que este monumento conforma junto a Santiago de Compostela, y Roma, los lugares santos de la cristiandad europea.Los restos de los Reyes Magos fueron traslados desde Milán a Colonia en 1164, por el emperador alemán Federico I Barbarroja. Fue tal la atracción que provocó, entre los fieles cristianos, que se convirtió en lugar de peregrinaje, siendo iniciada la construcción de este templo en 1248.Los santos restos estaban en la ciudad persa de Sava, en los cuales fueron enterrados. Según la tradición popular, tras la Adoración de Jesús se instalaron en esa ciudad. Allí conocieron a Santo Tomás, que los bautizó y los hizo obispos, siendo martirizados posteriormente por su fe. Conocedora de su destino, Santa Elena, madre del emperador romano Constantino, se trasladó hacia esa ciudad, llevándose los cuerpos hacia Bizancio, actual Estambul, donde reposaron. Durante las Cruzadas fueron donados por el emperador bizantino al obispo de Milán, construyendo una Basílica para albergarlos.Existen muchas historias sobre la vida y origen de los tres Reyes, que varían en cuanto a su procedencia e incluso número. Son tres, cuatro, e incluso doce según las creencias armenias.El nombre de los Magos estaban escritos en una capilla de la iglesia de San Apolinar Nuovo, de Rávena, en un mosaico que data del siglo sexto. Aparecen en éste los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar.Según una leyenda, santo Tomás estuvo evangelizando en la India y en lo que actualmente es hoy día Pakistán y Afganistán. En esas tierras gobernaba el rey indoparto Gondofares. En la ciudad de Mylapore recibió ese monarca al apóstol Tomás, quien le relató la vida de Jesucristo. Fue acogido el santo, siendo protegida la nueva fe. Pero existe otra tradición de origen armenio, en la cual hacen coincidir al rey Mago Gaspar con el histórico Gondofares. Este nombre en armenio es Gastaphar, y traducido en las lenguas romances como Gaspar. Según los evangelios apócrifos un rey de la India fue uno de los tres Magos adoradores. Quizá fuera Gondofares.