República de las Letras

El error de Descartes

Pienso, luego existo, dijo. Pero aún no sabemos cómo nuestro cerebro elabora el pensamiento

Como todas esas frases lapidarias que acaban representando al estado del pensamiento humano en cada época, el "Pienso, luego existo", de Descartes, no es la exacta premisa del conocimiento de la naturaleza humana, sino el inicio del dominio de la razón sobre el resto de las facultades del alma en el mundo moderno, una preeminencia que desde Descartes ha sido inamovible hasta hoy. Sin embargo, Pascal dijo también que "el corazón tiene razones que la razón no entiende", lo que contradice a Descartes, si bien comete otro error, como es el de considerar cada una de las facultades humanas como independientes del resto.

En El error de Descartes, Antonio Damasio explica su teoría, sobre la que trabajan intensamente equipos científicos de Estados Unidos, de que en ningún caso se produce un razonamiento, se llega a una conclusión o se desarrolla una idea sin que intervenga el sujeto como un todo. No existe una razón pura (Kant), como no somos sólo lógica. Somos también emociones, sentimientos, experiencias que proceden del mundo exterior. Y todo eso, pasado por el tamiz de la especial relación entre nuestro cuerpo y nuestro cerebro, entre éste y los componentes de que nuestra corporeidad está hecha. Este profesor de Neurociencia, Neurología y Psicología en la Universidad del Sur de California, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2005 y doctor honoris causa por la Universidad Ramon Llull, diseña en este libro de divulgación muy bien escrito, apasionante y de cómoda lectura una hipótesis que va siendo contrastada con los años: la imbricación estrecha entre mente y cuerpo, entre razonamiento lógico, instinto, emociones y sentimientos, entre el yo y su exterior (aquel "yo soy yo y mi circunstancia", de Ortega y Gasset). De ahí al diseño de inteligencia emocional, a las diversas formas de renovación de las relaciones humanas y a la gestión de recursos humanos y materiales ya estamos viendo que no hay más que un paso.

Otra cosa es la forma en que el cerebro "fabrica" la mente, las operaciones biológicas y trayectorias electro neuronales que cada una de las partes de ese complejísimo órgano o conjunto de órganos ponen en juego para elaborar el pensamiento todo. Ahí la neurociencia tiene un enorme campo de actuación, pues esta es la hora en que, según el dicho de Descartes, pensamos, sí, pero todavía no sabemos cómo producimos el pensamiento.

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