Sapere Aude

JUAN FERNÁNDEZ GÓMEZ

La españa que da caña

Un paso para llegar a un consenso es no ceder ni imponerse a todo, esto es el valor del deber

La ética tiene por objetivo que el ser humano en sus actos ejerza un control racional. Al final del siglo XVIII, el filósofo Emmanuel Kan público un ensayo cuyo título era "La paz perfecta" que tenía por objetivo el bien común, pero que además, este bien se regía por leyes de carácter universal, lo que definió como "Imperativo Universal. Me asalta la duda si en este país, que defino de corte Ilustrado, al que se le supone con unos políticos Postmodernistas que no han sido capaces de dar una solución al proyecto de gobierno. La actitud del presidente en funciones hacia UNIDOS PODEMOS y su líder Pablo Iglesias afirmando que no es el momento político para que este esté en el gobierno, no solo es un falta de respeto, sino de ética impropia de un líder aspirante a presidir el gobierno, más bien diría yo: Tiene miedo de que un partido adversario le ponga encima de la mesa ciertos temas incomodos que todavía arrastramos de nuestra Transición, pues bien a toda esta palabrería de ideologías incapaces de llegar a un consenso le auguro un oscuro porvenir a esta princesa Europa que presume de la parafernalia Postmoderna, ahora convertida en madrastra del Banco Central Europeo, que vende dinero a sus hijos y después los rescata para asesorarlos con tan insignes políticos. Mucho me temo que si no tomamos nota de lo caro que sale la ética en dinero y en dolor, el coste de la moralidad seguirá siendo imparable y aunque suene a tópico seguirán pagándolo sobre todo los más débiles. Para salir de esta situación es necesario un movimiento de voluntad, es atreverse a saber que un paso para llegar a un consenso es no ceder ni imponerse a todo, esto es el valor del deber, es el motor de nuestras acciones y no la descalificación de fuerzas políticas que aún no han llegado al gobierno; todo este proceso de emancipación no dice que el hombre de hoy haya salido de la minoría de edad, con una parcela de razonamiento en precario y un ego en superlativo que solo puede compensarse en los tiempos que corren con la dialéctica de la educación y el cultivo de las Humanidades. Ante estos acontecimientos, desde luego que no estamos en la España de sabor a caña que cantaba Cecilia, más bien en la España que da caña, en la España de sillones, en aquella España de Miguel Hernández "me voy, me voy, me voy, pero me quedo," que mantiene una política de corte Ilustrado donde se ha secuestrado la cultura, mecanizando el trabajo y llevado el pensamiento en un sentido único y economicista. Permítame el lector que exprese mi tristeza y descontento con tanto intelectual, con tanto titulado y doctores homoris causa. Sera por eso por lo que sigo admirando el hombre sencillo, aquel que sabe que la "PICADURA DEL ALACRAN SE CURA CON LECHE DE HIGURA".

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