El especialista

El sentido de la vida es la misma vida. A pesar de la lucha y la desidia, el deseo de vivir debe imponerse ante la muerte

Pedro es especialista de Western. Cuando llega a su lugar de trabajo se viste con la ropa de época; se monta en su caballo y se bate en duelo con cualquier otro especialista con el que deba hacerlo. Sabe que su esfuerzo no es invisible. Aunque el cine no destaque los rostros, el público reconoce que sin su trabajo el western no sería posible. Se me antoja que ser un especialista es como ser asesor político; su trabajo es de vital importancia para la ciudadanía pero por cuestiones de imagen su rostro no puede verse. Dicho de otra forma, ser un especialista del cine tiene una situación parecida a la del guionista; su nombre no prevalece más que el del director pero sin las escenas realizadas gracias a sus destrezas físicas la película no tendría la misma calidad ni llegaría al público. Es por eso que, haciendo una reflexión, la identidad profesional y la marca personal (tan requeridas hoy en dia) no pueden ser los espacios exclusivos de la popularidad sino que deben ser lugares de uso común, o para el uso común, porque el valor del trabajo debe valer por sí mismo. Pedro va a la universidad todos los días para estudiar psicología. Por las tardes suele estudiar. Algunos fines de semana se desplaza a los antiguos estudios del Spaghetti Western y se viste con las ropas de esa cultura colonial anglosajona que se hizo popular en los 60. A veces es el Sheriff y otras el forajido. Su domino del caballo es excelente así como la capacidad para tirarse al suelo desde grandes alturas. Sabe por qué hace esto; no solo es una cuestión de empleabilidad; estar allí es un argumento trascendental suficiente porque interpreta las grandes cuestiones de la humanidad: la soledad, el duelo, y la muerte. Como si estuviera en el escenario de una tragedia griega tiene la capacidad de mostrar las grandes miserias del ser humano. Podría ser Antigona la que pidiese a Ismene que le ayudara a honrar el cadáver de su hermano, pero en su caso es la señora Smith la que le ruega que vengue la muerte de su marido. La vida está en juego y nadie sabe si va a ir al cielo o al infierno. Desde que Pedro trabaja en este sitio reflexiona sobre la muerte filosóficamente: sabe que debe aprovechar bien el tiempo y llenar su vida de recuerdos satisfactorios; sabe que el sentido de la vida, aunque haya lucha, es el hecho de vivir, que diría Lorca. Por eso solo allí se siente vivo.

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