El espíritu de la Navidad

En los primeros años la iglesia acordó el 25 de diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesús

Cuando llegan estas fechas solsticiales de fin de año, para la cristiandad Navidad, todos movilizamos y escenificamos socialmente nuestros mejores deseos y sentimientos para desearnos mutuamente salud, trabajo, amor, paz y prosperidad. Obviamente, estos no son sentimientos exclusivamente con olor a religiosidad sino simplemente humanos, laicos y cívicos. Ningún credo religioso debe arrogarse el monopolio de estas legítimas aspiraciones. Es verdad y no cabe duda alguna que el espíritu de reconciliación, solidaridad, empatía y humanitarismo se enfatiza y reactiva por tradición más intensamente en estas señaladas fechas, pero lo magnífico e increíble sería que este ambiente de bonhomía caritativa y humanitaria se alargara en el tiempo y se extendiese a lo largo de todo el año sin circunscribirse necesariamente a estas fechas que desde hace más de dos mil años la cristiandad rememora el hecho más grandioso e inimaginable de la vida del hombre.

La Navidad ha llegado a nosotros sin hacer ruido. Se acercó en silencio. Su secreto es algo que está metido en la misma entraña de la vida y la plenifica. Por eso, vivir la Navidad es "darse" en amor a los demás, sin excluir a nadie. La Navidad es un buen motivo para vivir la fraternidad que une a todos los seres humanos.

¡Cuánto daríamos por recuperar algunos instantes de esa Navidad de niño donde los sueños no tenían oscuridad y la vida se presentaba como un regalo!

La Navidad es una de las festividades más renombradas del calendario litúrgico para la cristiandad. Fue en los primeros años cuando la iglesia acordó la fecha del 25 de diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesús. En el concilio de Nicea, celebrado en el año 325, se fijó el "dies navitatis et epifaniae". El papa Julio I propuso en el año 350 que la Natividad de Jesús se rememorarse en esa misma fecha y el papa Liberio la elevó a decreto en el 354.

En este periodo navideño se celebran dos hechos significativos: el nacimiento de Jesús en el portal de Belén y la adoración de los Reyes Magos de Oriente al niño (Epifanía, 6 de enero). Diversas manifestaciones en el campo de la cultura reflejan o aluden a estos dos acontecimientos de naturaleza religiosa. La literatura, la historia del arte, la música, el cine, entre otras expresiones culturales, plasman el sentimiento de esta efeméride que en simbiosis perfecta aúna lo religioso, lo histórico y lo tradicional. ¡FELIZ NAVIDAD!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios