Pasó mayo y sin que en Almería haya sido una sorpresa, el paro en la provincia sube. Es la única, junto con Huelva, en la que esto sucede y, como el año pasado y el anterior y el anterior, en la que mayor incremento se produce. Finaliza la campaña agrícola y se interrumpe la actividad del manipulado. Se trata de un incremento estacional (afortunadamente) y supone un crecimiento importante del desempleo femenino. Ya hemos analizado aquí que, durante los años de crisis, fue el trabajo de las mujeres en sectores como el manipulado, el que salvó la economía familiar al fallar el empleo principal del hogar. Este, consistía en un trabajo en la Construcción. Si recordamos que antes de 2008, el 24% de los almerienses con empleo trabajaban directamente en ese sector. Hoy son el 6%. Estas dos cifras explican la importancia que tuvo, como compensación, el empleo femenino. Explica, también, que en agosto de 2008, por primera vez el desempleo masculino superase al femenino y que fue a partir de la recuperación cuando hemos vuelto a la normalidad. Esto es, al aumentar la actividad en sectores que emplean fundamentalmente hombres, el descenso del paro ha sido mayor entre los hombres. Ese peso del empleo femenino en el sector del manipulado -muy intensivo en mano de obra- hace que las mujeres constituyan el 49,2% de todos los trabajadores de alta en el Régimen General, excluido el sistema agrario y de empleadas de hogar. Apenas dos o tres provincias tienen mayor participación de mujeres en el mercado laboral y no son las que, a bote pronto, pensaríamos. Son León o Cáceres. Sigue habiendo sectores laborales muy feminizados o muy masculinizados, es evidente. Volviendo a la situación de Almería, en abril, fueron 88.800 las mujeres de alta, apenas mil menos que el total de hombres. En el sistema agrario, invernaderos, etc., la cosa cambia. En este sistema especial están de alta 593.000 hombres y 48.000 mujeres. Un dato curioso y que refleja la diferencia de empleos según origen: el 18% de estas mujeres son extranjeras, un porcentaje que en el régimen general excluido la agricultura se reduce al 12%. Así que ya lo vemos, la agricultura es una forma más fácil de integración de la mujer migrante en el mundo laboral almeriense. Eso fue abril, en mayo con el fin de la campaña, el paro sube entre las mujeres, hasta el extremo de que en un mes se reduce en algo más de un 1% el porcentaje de mujeres en alta en Seguridad Social. Bajará más en junio y julio, y crece desde octubre. En definitiva, mantenemos el mismo modelo económico de antes de la crisis.

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