Para "los abanicos de Feria", el día D a la hora H, se forman unas infinitas colas de "asiduos parroquianos" del ferial evento, que aguantan estoicamente, a pesar de los riegos que corren de sufrir una tromboflebitis, más que nada por la edad, esas interminables colas para recoger un abanico. A pesar de la letra de la canción de Patxi Andión sobre las fiestas benéficas, me permito calificar de feliz idea, lo digo en serio, la de colocar unas huchas para que los receptores, gratuitamente, de los abanicos, depositaran unas monedas. Pues bien, si hacemos la media aritmética, que esa sí me la sé, de los 12.500 abanicos entregados y los 13.000 euros recogidos, resulta que por cada abanico los receptores han depositado en esas huchas un euro y cuatro céntimos por abanico. Es lo que han recibido del Alcalde las hermanas de la Casa de Nazaret y del comedor La Milagrosa: sendos cheques de 6.500 euros. Estoy convencido de que ambas casas lo han agradecido mucho. ¡Qué poco se valoran los abanicos feriales!

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