Tras lo evidente

La pandemia ha puesto en dificultades a países, empresas y familias, a la Democracia y a los Derechos Humanos

La pandemia Covid-19 ha puesto en dificultades no sólo a países, empresas y familias sino también a la Democracia y a los Derechos Humanos, y sobre esto nos alerta, contundentemente, el último informe de la prestigiosa organización Freedom House, dedicada, desde 1941, a defender la Democracia y a seguir el estado y evolución de la libertad y de los derechos humanos en los distintos países. Y utilizo la palabra alertar porque ese informe, que lleva por título "Libertad en el Mundo 2021", afirma que, durante el año 2020, los gobernantes autoritarios se volvieron más osados y las principales democracias enfocaron su mirada hacia el interior haciendo que la proporción de países catalogados como No Libres haya alcanzado su nivel más alto desde que, en el año 2006, comenzara el deterioro de las democracias, al punto de que menos de una quinta parte de la población mundial vive ahora en países totalmente libres y que los países que disminuyeron en derechos políticos y libertades civiles superaron en número a aquellos que los incrementaron, con el mayor margen de diferencia de los últimos 15 años, y, escuchar tales cosas, debe poner en alerta a todo aquel que defienda el libre desarrollo personal y el autogobierno y quiera la clase de cooperación entre individuos que trae el verdadero progreso social, pues sin libertad ni derechos humanos nada de lo anterior es posible.

Destaco del informe dos conclusiones: Una es que la gran mayoría de los países que conforman el grupo de las llamadas "Naciones en tránsito" (que son aquellas que se encuentran, desde hace años, realizando importantes esfuerzos para alcanzar la democracia plena) han sufrido importantes retrocesos hasta el punto de que, para algunos casos, nos dicen ver prácticamente agotado el impulso democrático. En estos retrocesos destacan los de Polonia y Hungría. Y la otra es que, sumando descensos, la democracia española del 2020 ha obtenido 90 puntos sobre 100, lo que supone dos puntos menos que la del 2019 y una muy indeseable distancia de los 100 puntos con los que cuentan las democracias finlandesa, noruega y sueca desde 2018. Los medios de comunicación, la libertad de expresión, la transparencia de las Administraciones, la incapacidad para "elegir nuevos miembros para el organismo de supervisión del poder judicial", el desempleo y una creciente desigualdad, son algunos de nuestros puntos flacos para esta organización. "Nuestro informe concluye que la democracia hoy en día está asediada pero no derrotada. Sus adversarios se han vuelto más poderosos, haciendo al mundo entero más hostil para el autogobierno, pero su atractivo perdurable entre la gente corriente, que ya hemos podido ver este año en lugares como Rusia y Myanmar, es un buen augurio para el futuro de la libertad." Michael Abramowitz, Presidente de Freedom House.

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