El extinto museo del XIX

Lo lógico sería unificar todo el arte moderno y contemporáneo en el edificio del Reina Sofía

En otros países europeos como Italia o Francia perduran todavía en grandes ciudades los museos de Arte Moderno, que engloban al arte del XIX y el XX y llegan hasta el momento actual. Roma o Florencia son algunos de los ejemplos más destacados. En Madrid se inauguró un museo de Arte Moderno en 1898, exactamente con ese nombre, abarcando el arte español del XIX y después también del XX, tanto de los artistas ya fallecidos como de los contemporáneos en activo. Tenía su sede en los bajos de la Biblioteca Nacional y prestigiosos artistas del momento fueron sus directores; el caso más notorio, por su brillante gestión, fue el del escultor Mariano Benlliure, doce años al frente de la institución -con unas carencias sangrantes- hasta que dejó el cargo en 1930. Poco después de esta fecha, el arte del XIX y el de varios autores formados en esa época que prolongaron su actividad hasta bien entrado el XX, comenzó a verse como una antigualla académica y como un lastre para las nuevas formas de expresión nacidas de las vanguardias históricas europeas, cuyo ejemplo, dicho sea de paso, tuvo una presencia tardía y feroz en suelo patrio, excluyente e integrista, que todavía hoy perdura. El caso es que, para 1951, ya se acordó separar el arte del XIX y el "moderno" del XX, creando dos espacios bien diferenciados dentro del mismo edificio de la Biblioteca Nacional. En esta misma línea, en 1968 se desmantela el museo de Arte Moderno y se crea el nuevo de Arte "Contemporáneo", enviando todas las obras del XIX al museo del Prado -que habilita el Casón del Buen Retiro para su exposición permanente- y destinando las del XX a un nuevo edificio -hoy museo del Traje- en el campus de la Complutense. Este museo se desmantela en los noventa, pasando todos sus fondos al Reina Sofía. Con la reciente ampliación del Prado, que destina el Casón a oficinas, el arte del XIX va a los almacenes y solo una pequeña muestra se exhibe en el edificio Villanueva desde 2009. Como resultado podemos afirmar que el gran arte español del XIX, en su verdadera dimensión, no se exhibe en ningún museo de Madrid. Lo lógico sería unificar todo el arte moderno y contemporáneo, entendido como el que surge a finales del XVIII y llega hasta hoy, en el edificio del Reina Sofía, pues tras su ampliación tiene notable generosidad de espacios infrautilizados.

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