La filosofía no es un juguete

Muchas opiniones se han vertido criticando con dureza el nuevo currículo del Bachillerato

Debería sentirme muy feliz. Oír de tantas bocas la gran importancia que le conceden a la filosofía en el ámbito de la Educación Secundaria debería llenarme de satisfacción. Da la impresión de que la eficacia del sistema educativo estriba en el papel que tenga que jugar la filosofía en el desarrollo de la persona de los alumnos. Testigo es este periódico de mi opinión sobre este asunto: Desde la luctuosa despedida que le dedicaba una vez publicada la ley Wert (XII/13) cuando quedaba esta asignatura como poco más que una optativa en una sola modalidad del Bachillerato, hasta la bienvenida saludando su vuelta (X/18), con otros artículos intercalados. Por tanto, diría yo, todos estos que así la defienden "son de los míos". Aquellas opiniones se han vertido criticando con dureza el desarrollo del currículo del Bachillerato en la nueva ley. Decían que ha desaparecido la filosofía del bachillerato y eso impedía la formación del espíritu crítico de los alumnos. A bote pronto critiqué a los críticos, porque eso no era verdad. Pero luego, una vez leído el correspondiente decreto tengo que reconocer que les asiste la razón en buena medida. Porque la filosofía no desaparece, y es obligatoria en los dos cursos. Ahora bien, lamentablemente no tiene una presencia notoria: queda reducida a dos horas semanales en ambos cursos. Fue un primer golpe. No obstante, y haciendo gala de un cierto optimismo, pensé que tal vez el enfoque de la asignatura habría cambiado y se podría trabajar buscando el famoso "sentido crítico" que tanto extrañaban aquellos críticos y, por supuesto, yo mismo. Pero al ver los programas sufrí una enorme decepción. Prácticamente no han cambiado respecto a los programas anteriores. Novedad; en Historia de la Filosofía aparecen citadas filósofas que hasta la fecha habían sido ignoradas. Resulta que, además, parece que hablan de "contenidos mínimos". Y uno se pregunta: ¿quién es capaz de desarrollar en 70 horas los programas propuestos? ¿Se tratará de que los profesores "espiguen" de acuerdo con su criterio? En Primero puede tener cierto sentido: de hecho había que hacerlo en el pasado. Pero teniendo como espada de Damocles la EBAU, ¿cómo hacerlo en Segundo Curso? Topamos aquí con la famosa prueba tan importante para el futuro de los alumnos, y uno ya se echa a temblar. Espero que el nuevo enfoque de la prueba la cambie y permita evaluar mejor la formación de los alumnos.

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