Las formas del paraiso

Las formas del paraiso / JUAN ANTONIO MUÑOZ MUÑOZ

Las formas del paraíso más bien se conocen por un ancestral relato de la morada de los primeros padres, cuyas fabulosas y virginales condiciones dejaron de disfrutar a causa de la desobediencia, esa que muchas veces resulta de la incitación de la curiosidad o del reclamo, asimismo ancestral, de lo prohibido. Es significativo que, amén de las hermosas estancias y los singulares parajes, la vida paradisíaca se acompañara de la inexistencia del duro y constante trabajo -todo lo necesario para vivir estaba cerca y no necesitaba de faenas laboriosas- y que el castigo más penoso no fuera otro que el sudor de la frente, condenados al fatigador escarmiento de los quehaceres laborales. Por eso en estos días posmodernos las maneras del paraíso tiempo ha que dejaron de ser auténticas y se acomodan, dígase mejor se desvirtúan, a criterio o a la medida de quien lo busca. De modo que el paraíso deja de ser una entidad absoluta, universalmente reconocida, y se hace particularmente relativa. Acaso en algunos lugares, donde concurren en armonía elementos naturales, todavía lata el pulso del paraíso virginal y por eso reclamen con el atractivo de lo genuino, de lo que parece reservado como muestra del paraíso perdido y olvidado. / Antonio Montero Alcaide

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