Una frase dicha por el Presidente del Gobierno en funciones, en una entrevista que le hicieron en televisión, acaparó el protagonismo durante toda la semana pasada. La frase en cuestión era que "no habría podido dormir con ministros de Unidas Podemos ocupando los ministerios de Hacienda, Trabajo e Industria", en el supuesto caso de haber accedido a las exigencias de dicho partido para formar un gobierno de coalición. Ni el dinosaurio de Monterroso dio lugar a tantas y tan variadas interpretaciones; como si lo dicho por Pedro Sánchez fuera algo tan incomprensible y novedoso, como para echarse las manos a la cabeza. Confieso que vi la entrevista y las referidas palabras no me produjeron ninguna extrañeza ya que si Pedro Sánchez no accedió a las condiciones de Unidas Podemos para obtener su apoyo y ser nombrado Presidente de Gobierno, siempre lo achaqué a la falta de confianza. Así de sencillo. Y entiendo perfectamente que, si eres presidente del Gobierno y estampas tu firma para refrendar el nombre de un ministro que no te inspira ninguna confianza, te produzca algún desvelo. Tampoco es muy difícil suponer las razones de Pedro Sánchez y de cualquiera que represente al PSOE, para desconfiar de un partido que nace con las pretensiones de darle el "sorpasso" a la primera de cambio, que lo incluye en una "casta" despreciable, que abomina de la transición y de la Constitución de 1978, que simpatiza con el independentismo y que cada vez que se le ha presentado la ocasión ha impedido que los socialistas formen gobierno. Son datos objetivos que no precisan demostración. Por añadidura, el desaguisado que Pablo Iglesias ha provocado en sus propias filas, donde han desaparecido la mayoría de los fundadores del partido que lidera con mano firme, indica que no es un socio muy recomendable para compartir cualquier empresa. Por todo lo dicho, está claro que Pedro Sánchez hoy no es presidente del Gobierno porque Unidas Podemos no le inspiraba ninguna confianza y me parece muy bien que, siendo así, lo manifieste públicamente. Si lo que ha causado estupor ha sido utilizar la frase "no habría podido dormir", sobre la que se han hecho múltiples y variadas especulaciones, se trata de una expresión muy frecuente en lenguaje coloquial. Pero estamos tan acostumbrados a las declaraciones "políticamente correctas", que nos escandalizamos cuando un político dice alto y claro lo que piensa.
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