El fútbol es como un toro

En los Guiñoles, el muñeco de Rubiales se habría quejado del derecho de pernada ejercido por el presidente del Madrid

Uno de los gags más recordados de Los Guiñoles de Canal+ era aquel del muñeco de Jesulín de Ubrique: decía que algo, no importa qué, era "como un toro". Los guiñoles españoles se emitieron durante trece años, de 1995 a 2008. Más del doble de vida han tenido sus hermanos franceses cuya emisión se acaba de clausurar después de 30 años. Empezaron en 1988 y estaban amenazados de muerte desde que la cadena despidió en 2015 a los guionistas originales y redujo el nivel de ironía a lo políticamente correcto.

Las últimas emisiones galas, con Jacques Chirac y Michel Platini de presentadores, han sido sobre el Mundial de Rusia, en el que a la Selección española le ha pasado de todo. Tanta desgracia habría dado juego para estupendas emisiones satíricas. Por cierto, nos quejamos de que Andalucía pinta poco en España, pero el fútbol es una excepción. En el culebrón ruso han sobrado protagonistas andaluces. Rubiales, Hierro, Isco y Ramos: presidente de la Federación de Motril, seleccionador por accidente de Vélez Málaga, el jugador más destacado de Arroyo de la Miel y el futbolista que más manda de Camas.

Aunque los actores principales del vodevil ruso fuesen de Madrid y Guipúzcoa, Florentino y Julen, que ignorando la más elemental cortesía pactaron su contrato a espaldas de la Federación, pocos días después de que Lopetegui firmase su renovación por el equipo nacional. Una operación que tuvo la complicidad de Ramos, capitán del Real Madrid y patrón del vestuario de la Selección.

En los guiñoles, el muñeco de Rubiales podría quejarse del derecho de pernada ejercido por el presidente del Real Madrid: "No estamos en la Edad Media, ni Pérez es un señor feudal. A menos que cuando habla de señorío se refiera a que los demás somos sus siervos". Aquí se podría rescatar al guiñol de Raúl, aquel que empezaba siempre con la muletilla "sí, bueno, no…", para explicar que no había sido un abuso de poder feudal, sino una emergencia Real. A continuación Isco y Ramos, alalimón, concluirían que Rubiales se precipitó, por cabezón. Y Florentino añadiría, arrastrando las eses, que el Real Madrid había actuado con absoluta lealtad a sus colores y que la reacción desproporcionada e injusta de Rubiales había sido para dañar la imagen del mejor club del mundo.

A Hierro nadie le dejaría hablar y antes de que aquello se convirtiese en el camarote de los Hermanos Marx, Jesulín diría su frase: "El fútbol es como un toro, cada cual tiene su opinión, saca el pañuelo y al final el presidente hace lo que le sale de los…".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios