El medio y el ambiente

A por el futuro

Una vez vista la fragilidad del presente que teníamos, vayamos pensando con ilusión en el futuro que queremos

Tengo un atolladero mental que no me aclaro. Pero es cosa de seguir intentando deshacerlo. Vamos a ver si escribiéndo, que es como decirlo en voz alta, lo consigo.

Lo primero, una recapitulación: 1.- Estamos pasando una epidemia muy grande y muy rabiosa. 2.- Empezó en China, ¿no se sabe muy bien ni cómo ni por qué?, pero se ha extendido a todo el mundo. 3.- Se contagia con mucha facilidad. 4.- A determinadas edades hay una gran proporción de contagiados que no salen adelante. 5.- Hay otros grupos de contagiados que tienen el mismo desenlace a pesar de ser jóvenes. Luego "ni por viejo te apresures, ni por joven te asegures". 6.- Es una de las ocasiones en que más, mucho, mucho más, vale prevenir que curar. ¿Qué esperaba yo desde el primer día en que el bicho podía llegar a España? pues que el gobierno diera información fidedigna sobre los riesgos y la posibilidad de evitarlos, así como dotar la nación para estar lo más preparados posible. Y ellos van y me dicen que me lave las manos. Eso no perjudica, pero ¡hombre! eso le fue bien a Pilatos, pero para nosotros, se ha quedado corto. Los Sanitarios, que saben de contagios directos y cruzados, sabían que necesitaban ropa y útiles adecuados para trabajar, así como aparatos. Y cuando el gobierno se decide a comprar parecía que eran de estraperlo. Marean la perdiz con las compras, han dado mala impresión y eso ha sido y es desagradable, suena mal, da qué pensar. Como los del chiste: ¿estaban a Rolex o a setas?. ¿Estaban en lo que tenían que estar o estaban preparando una comisión para ir de tiendas a buscarlos por los bazares?. ¡De pena! ¿Para qué quieren tantos asesores?. Por otra parte, sin entrar en lo que privadamente cada persona haga ante el fallecimiento de un prójimo, los cargos públicos sí que tienen obligación de manifestar públicamente el pesar por estas pérdidas. Lo contrario es tratarlos como meros números de D.N.I., no como personas. Por último, el mareo de cifras de fallecidos. No lo entiendo. Puede que no se sepa con certeza, pero comparando con el histórico de fallecimientos en ese mismo periodo, se puede inferir el número estimado, muy cerca del real, los que se deben a la epidemia. Y hay estadísticos que saben hacerlo. Hasta en Almería los tenemos. Una vez vista la fragilidad del presente que teníamos, vayamos pensando con ilusión en el futuro que queremos, pues si algo hemos constatado es que esa no era la Sociedad ideal, por mucho que la tildaran de Sociedad del Bienestar. Una idea: intentar vivir con menos materialismo. ¡Ahí la dejo!

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