Hace unos días me llevaba por la A ¿92? mi hijo mayor, camino de Graná a la Clínica de los López-Marín a hacerme un reglaje de faros. Es mi forma de llamar a las revisiones oculares. Casualmente, cuando estábamos a unos 15 km de Gérgal me vino a la cabeza el Ricaveral y le pregunté a mi hijo si él lo había recorrido. Me dijo que no, que había visto pruebas allí, pero nada más.

Ayer oí que el gobierno ¿estudia? poner peaje en las autovías que se han construido con dinero público, me parece que en parte aportado por la Unión Europea cuando nuestro ingreso en la misma.

Conclusión: soy gafe porque si mis hijos no quieren pagar un cacho de peaje, van a tener que recorrerse el Ricaveral, con sus alrededor de 150 curvas en un puñado de kilómetros. Igual que yo en mi juventud.

¡Hay que ver la de vueltas que hemos dado, una vez más, para llegar al mismo sitio en que estábamos al principio! Así, ¿cómo puñetas vamos a levantar cabeza? ¡Tres hurras por los poderes públicos!

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