República de las Letras

Una gestion desastrosa

Los intereses económicos están primando sobre los sanitarios: pan para hoy que puede ser hambre para mañana

La gestión de la pandemia por los gobiernos autonómicos está siendo un desastre. Los rebrotes no dejan de aumentar, los contagiados son tantos como en mayo y el coronavirus va adquiriendo en algunas regiones una extensión comunitaria. Nadie se atreve a tomar medidas drásticas contra la pandemia. Los intereses económicos están primando sobre los sanitarios en una actitud que significa quizá pan para hoy, pero puede convertirse en hambre para mañana. Ahora vemos muy claramente cómo la gestión que hizo el Gobierno central de marzo a junio fue la acertada, y que la oposición, aparte de no tener propuestas alternativas, se manifestó como correa de transmisión de los intereses de la patronal: el PP no es más que el Partido de la Patronal. Todas las críticas y ataques que se hicieron entonces al Gobierno carecían de fundamento científico, y ahora se está demostrando que no había otra salida que lo que se hizo. Por el contrario, ahora que la responsabilidad recae en los gobiernos autonómicos, los rebrotes son incesantes y algunos expertos, como Joaquim Gea, jefe del Servicio de Neumología del Hospital del Mar en Barcelona y presidente de la Fundación Barcelona Respiratory Network, hablan ya de una segunda oleada de la pandemia.

¿Qué está pasando? Es muy sencillo: que es verano. El turismo, clave de la economía española, es mayoritariamente estacional y el verano puede salvar el año entero al sector. No está siendo así, pues la gente, como es natural, no viaja a países que sufren la pandemia o, como el nuestro, están soportando importantes rebrotes de contagios por coronavirus. Lo que era de prever. Para eso no hace falta ser economista. El Gobierno, cediendo a las presiones de la patronal, adelantó el fin del Estado de Alarma y levantó restricciones demasiado pronto. Apeló, como apelan hoy los gobiernos autonómicos, a la responsabilidad individual, cuando sabemos que no hemos educado a los jóvenes para eso como otros pueblos europeos. Además, en contra de los intereses sanitarios de la población, desde las instituciones locales se impulsa la celebración de actos, espectáculos y actividades que suponen aglomeración de gente, se "agradece" a los bares que hayan abierto, se organizan conciertos… Todo un despropósito si mientras se está diciendo a la población que mantenga las distancias, que no tenga contacto. Y todo, por la pasta, no por la salud. ¿Cuántos morirán aún?

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