Metafóricamente hablando

Antonia Amate

Cuando gobiernan los necios

Es obvio que la "conjura de los necios" no tiene fronteras, y solo se me ocurre algo peor: que lo imiten otros…

Cuando leí "la Conjura de los Necios", hace ya algunos años, pensé que era un libro escrito en los años 60, y que todo ese mundo que en él se describía, se había desvanecido como el humo, tras años de desarrollo económico y cultural. Hubo resplandores, como relámpagos, a principio de la década del 2000, que me hizo creer que volvían a desandar el camino, que retroceder era el sino de la sociedad norteamericana. Después, en la etapa Obama, me convencí de que no había marcha atrás, de que esa sociedad de vendedores de seguros y aspiradoras, de rubias de bote y tetas de silicona, habían quedado en el olvido. Salieron a la luz grandes autores, actores comprometidos, movimientos ecologistas, etc…Y todo parecía rodar por la pendiente de la historia, tal y como siempre nos la han contado: "palante". Hoy escucho espantada, al dirigente de una de las mayores potencias actuales, decir tal sarta de sandeces, que daría para una segunda parte del citado libro. "La conjura de los necios", a la que se sumaron otros líderes, recién llegados al poder, como el inglés o el brasileiro, presenta hoy la mejor versión de la "estultitia". Entre tanta sinrazón, no dejo de preguntarme cómo será el ciudadano medio que elige a líderes de tal catadura, para que les gobiernen, y no hallo respuesta. Países ricos, que tienen a su alcance las más altas tecnologías, la cultura más actualizada, cuyos ciudadanos pueden asesorarse e informarse fidedignamente hasta la extenuación, se dejan arrastrar, por personas que aparentan la mayor necedad de la que una ha sido testigo en la corta historia de su vida. Parece como si la política del Imperio Romano, la "de pan y circo", estuviese hoy de rabiosa actualidad, debates zafios, personas ruines dando gritos en los lugares más inadecuados, insultos y arrebatos de personas indecentes, que hace solo varias décadas, se les hubiese echado con cajas destempladas del lugar en el que actuaban de tal guisa, hoy son veneradas, votadas, escuchadas e incluso idolatradas por sus víctimas, como ocurre con líderes marcadamente racistas, machistas, xenófobos, etc…., que presumen de ser todo eso y más, y aparecen en público rodeados de mujeres, extranjeros o "morenos", con un cinismo digno de cualquier reyezuelo de culturas pretéritas. Ver a un dirigente que incita a sus ciudadanos a tomar lejía, arengándoles a concurrir a lugares en que pueden encontrar la muerte más horrible, o invitándoles a salir de sus casas y tomar las calles que se llenan de cadáveres sin recoger, tirados en las aceras, es de tal estulticia que me resulta impresionante comprobar a los miles de seguidores vitoreando su valor, como a un torero al que acaban de conceder las dos orejas y el rabo del astado muerto sobre la arena. Es obvio que la "conjura de los necios" no tiene fronteras, y solo se me ocurre algo peor: que lo imiten otros…

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