Carta del Director/Luz de cobre

Los gobiernos y Almería, sin rubor

Parar las obras del paso a nivel de El Puche es uno de los mayores ejercicios de desahogo político de los últimos años

El anuncio del candidato al Senado del Partido Socialista, Fernando Martínez, en el que confirma que las obras del soterramiento del paso a nivel de El Puche están paralizadas es, probablemente, el ejercicio de mayor desahogo político que un Gobierno ha tenido con Almería en los últimos años. Y miren que van muchos, excesivos diría yo. Aquellos que nos gobiernan ya no se molestan en ser ellos los que indiquen los problemas que han llevado a tal desaguisado -para eso creo que está el subdelegado del Gobierno- y dejan el asunto en manos de un candidato al senado, que en estos momentos no deja de ser eso, un candidato. Con el AVE pasa tres cuartos de lo mismo. Casi un año llevamos con las obras de algunos tramos adjudicadas y desconozco si ustedes, que tienen la paciencia de leer esta columna las han visto por alguna parte, porque lo que es yo, quien escribe, por más que me froto los ojos no las encuentro. Ya ni la presión popular de los que aquí habitamos, tampoco es que sea excesiva como para hacerse insoportable, sirve para que las demandas, legítimas, de la provincia sean atendidas de una forma razonable. En la parte más cercana, en la Junta de Andalucía, las expectativas generadas con el cambio de gobierno se diluyen como un azucarillo en un café caliente. ¿Se acuerdan ustedes de la promesa del presidente de la Junta de descentralizar el Gobierno y traer a Almería la Consejería de Agricultura? Pues nos acercamos al año de gobierno de PP y Ciudadanos en el Palacio de San Telmo y nadie ha dicho nada sobre ello. Y parece que tampoco vaya a suceder en un espacio temporal como es la legislatura. Al contrario, el Centro Andaluz de la Fotografía, que era la migaja que en su día nos tocó dentro del reparto regional de calderilla descentralizada que era la Junta, va a ser dirigido desde Sevilla. Pero no tiemblen ni se escandalicen. Que ya ha dicho la consejera del ramo que nos atenderá, incluso mejor, que hasta ahora se venía haciendo. Y nosotros, obedientes y sumisos, nos lo creemos y a otra cosa. Nos olvidamos también de la Ciudad del Cine, una ocurrencia que alguien tuvo para calmar el ímpetu cinematográfico de esta tierra, pero que llegados al ejercicio cotidiano del poder puede quedar aparcado sin más. Poco o nada cabe esperar de unos y de otros, Gobierno Central y Gobierno de la Junta. El primero sin presupuestos desde hace casi dos años y el segundo con unas cuentas pírricas para esta provincia, por más que se empeñen los voceros de turno en vendernos el dinero que llega como un maná salvador capaz de sacarnos del secarral de infraestructuras y necesidades que se rompen como arterias, y que nadie acude a taponar. Y mientras, la sociedad civil asiste atónita a lo que acontece, sin más presión que algún fogonazo de plataformas que luchan con denuedo y con poco éxito por avanzar en soluciones.

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