Un goloso para cada mojón

Antes que maravillarse por la creación humana, ¡prefieren ponerle un KO a Penrose en las redes!

Como no podía ser de otra manera, la teoría de nichos ecológicos es de una aplicabilidad extraordinaria en lo que se refiere al comportamiento humano: al igual que las especies de un ecosistema se reparten el espacio y sus recursos de modo que cada una de ellas se adapta para obtener un óptimo beneficio, también los seres humanos tenemos esa capacidad de agotar la realidad de modo que no hay "ochomil" que no esté coronado por una lata roja vacía de refresco de cola.

Y es que, igual que no hay "yutuber-en-Andorra" sin legión de patrios complacientes, tampoco somos capaces de encontrar una aportación en Internet que no tenga su porcentaje de detractores. Del mismo modo que se aglutinan los seguidores de una determinada tendencia apoyando al líder como si del fin del mundo se tratara, no dejan de mostrar su disconformidad con un KO ante cualquier aportación.

¿A que pareciera que estoy contra la libertad de expresión? No: ¡cuántas veces seguiré reivindicando un masturbódromo municipal (más de un ciento por toda nuestra provincia) para que nuestra ciudadanía se desprendiera así de sus peores leches y regresase a la convivencia ciudadana en paz y armonía con sus prójimos! Lo que estoy reivindicando es que siempre existe de un 0,5 a 2,5% de la población que necesita expresar su disconformidad así fuese con la mismísima Teoría de la Relatividad de Einstein.

Echando un vistazo entre quince publicaciones relevantes del mundo de la Ciencia, he podido ver cómo la aprobación (el OK) de cada una de ellas está siempre entre un 97,5 y un 99,5%. Y me diréis, tal vez con razón, "¡hombre, quieres adhesión ciega!". No, no se trata de adhesión; se trata de respeto. Es lamentable que siempre haya un grupo, minúsculo como el gusano en el frutero, dándose lustre a costa del trabajo de los demás. ¿Le ponéis KO a Penrose?, ¡iros a la mierda, 0,5%! Las aportaciones humanas, siendo nuestra obra, no cabe sino admirarlas, dejarnos maravillar por ellas… pero ¡qué tentación poner KO a Penrose!

Les gusta escalar muros de monumentos o expresar sobre ellos su opinión; y de nuestras plazas, coleccionar las gafas del difunto Beatle o las piernas del Emigrante. ¿Y por qué prefiero ese masturbódromo municipal a ese KO en las redes? Porque aquél es más personal que éste: "¡Hombreee, ¡tú también por aquí!". "Sí, soy uno de los 426 que han odiado a Penrose en Youtube, pero me seguía sintiendo muy solo".

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