La semana pasada se celebró en Almería el día de la Seguridad Privada. Para ello se produjo un evento, en el Paraninfo de la universidad de Almería, en el que se entregaron diversas menciones de honor a los vigilantes y personal de seguridad privada de la provincia. Una vez al año las FFCC reconocen la labor de los trabajadores de este sector. Esbozando algunas reflexiones diría que una vez al año se admite que la labor de estos profesionales está más próxima al hecho de salvar vidas, y al de ofrecer una protección, que a lo expuesto en los estereotipos falsos que difaman y restan dignidad a la profesión. Estos clichés ningunean y ridiculizan el sector en base a confusiones legales de la ciudadanía respecto a otros profesionales no legislados y en situación de claro intrusismo profesional que ponen en riesgo la seguridad. La confusión de unos trabajadores con otros siempre perjudica al personal de seguridad privada legislado y habilitado. Pero no existe interés por solucionar este problema. Por lo general, ni la sociedad ni las instituciones públicas tienen voluntad para ello. Además no existe interés en los partidos políticos como para que la situación mejore. La seguridad privada es la "gran olvidada" en los programas electorales y en las directivas europeas. Cuando diversas organizaciones tienen encuentros con algunas coaliciones y representantes de las cortes, la seguridad privada pasa a ser una anotación al final de la agenda. Nadie entiende que son los vigilantes de seguridad quienes están al frente de las infraestructuras críticas; quienes custodian el dinero bancario; y quienes tienen preparación suficiente como para hacer una respiración cardio-pulmonar y salvar una vida. Estos hechos no son en absoluto valorados por el ente público que olvida y calla mientras se mantiene la gran confusión entre los vigilantes de seguridad habilitados y los intrusos profesionales que crean situaciones de grave riesgo ciudadano. ¿Por que lo público no zanja la polémica entre los unos y los otros castigando la ilegalidad? ¿Por qué la ciudadanía no se toma la molestia de considerar la gravedad del problema? Mientras tanto la seguridad privada es la gran olvidada y los profesionales habilitados los ninguneados injustamente, amen de su excelente labor. El sentimiento trágico de la vida aparece y cuestiona si alguien alguna vez va a tomarse esto en serio.

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