El callejón del gato

La gresca del Partido Popular

Un partido de centro derecha, al estilo europeo, ofrece estabilidad a la derecha y a la izquierda

Ahora va a resultar que el triunfo de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, tan celebrado el día que ganó las elecciones, se convierta en un virus que contamine a la cúpula del PP. Una cosa es ganar las elecciones de una comunidad y otra una borrachera de éxito que estimulen las aspiraciones de la ganadora. En Génova se agitan las aguas y habrá que cortarle las alas. Hasta aquí los antecedentes de las sucesivas declaraciones que estamos oyendo de dirigentes del PP lanzándose puyas en un enfrentamiento, que más se parece a una gresca telebasura, que a un debate político con argumentos razonables. Cayetana Álvarez de Toledo dice, en defensa de Isabel Díaz Ayuso, que "Ha conseguido la mayor victoria del PP" y carga las armas contra la cúpula. A Teodoro García Egea le acusa de "convertir al resto de miembros de la formación política en súbditos. Es una concepción autoritaria, a veces despótica e irracional". A Pablo Casado le llama un "bienqueda" y un "veleta", y le acusa de tener doble cara. Tales calificativos, según parece, son peccata minuta en comparación con lo que larga en un libro que acaba de publicar. Hay voces del PP que no tardan en recriminar su conducta, pero Díaz Ayuso sale en su defensa y dice que Álvarez de Toledo "Siempre ha representado los valores del PP". Ahí queda eso. Su presencia en el Congreso del PP de Andalucía es recibida con una gran ovación y aconseja a Morena Bonilla que no le haga puñetero caso a nadie: "Vuela libre, y toma tus propias decisiones sólo se desgasta quien se comporta como una marioneta". Y Teodoro García Egea, le responde: "Nadie tiene que venir de fuera a decirle a Moreno Bonilla lo que tiene que hacer". Por añadidura, algún soplón ha sacado a relucir las declaraciones de Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía, sobre la conveniencia de no aprobar los presupuestos. Y como telón de fondo, Esperanza Aguirre acusó a los "niñatos" y "chiquilicuatres" de Génova de ponerle trabas a Díaz Ayuso. Una fiesta por bulerías que anima el Congreso de Andalucía mientras que Moreno Bonilla, que iba de protagonista, permanece entre bastidores. Se equivoca quien se alegre de la deriva que ha emprendido el PP. Se trata del principal partido de la oposición y algún día puede gobernar. Un partido de centro derecha, al estilo europeo, ofrece estabilidad a la derecha y a la izquierda. Pero una jaula de grillos con VOX apuntando en la retaguardia es un peligro para todos.

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