El extraño titular de hoy está literalmente fusilado de un artículo que Manuel Vázquez Montalbán publicó en la excelente revista Triunfo a principios de los años setenta. A pesar de la seriedad, incluso excesiva, de la citada revista, islote democrático en los ominosos años sesenta, los artículos de MVM atacaban temas aparentemente frívolos, pero tratados con dinamita pura. O sea, que hoy vamos plenamente de abuelos Cebolleta. Tara King era el nombre de la protagonista femenina de la serie Los Vengadores. Una serie inglesa de 1961 a 1969, que se emitió en España de 1968 en adelante. La actriz que encarnaba a Tara King era Linda Thorson, que sustituyó en el último año a Diana Rigg, la "señora Peel" en la serie. Ambas estaban de toma pan y moja, circunstancia favorecida por unos monos y pantalones bien ceñidos a sus cuerpos, lo que favoreció nuestra adicción a la serie. Para nosotros, pues, la señora Peel fue la entrañable actriz de aquella serie. Y de aquellos años. Y ahora se nos ha muerto.

La verdad es que la serie, vista a distancia, era un puro anacoluto para los cándidos ojos de los españolitos que estaban prácticamente estrenando televisión: en Almería no hubo repetidor oficial de la señal hasta mediados los sesenta, por lo que la citada serie fue de las primeras que vimos, junto con El Santo, Bonanza, Los Intocables o El Fugitivo. Los Vengadores era una serie de espionaje protagonizada por los agentes Sr. Steed y Sra. Peel, ambos bajo las órdenes directas de "Mamá", un obeso jefe que andaba en silla de ruedas, y daba unas órdenes absurdas, como absurdas eran las misiones encomendadas. En Gran Bretaña seguramente apreciaban la ironía y la suave sátira que esa serie hacía de las películas de espías, pero aquí, con una sola cadena de TV, cuyos programas todo el mundo se tragaba a diario sin más opciones, aquello te dejaba descolocado a poco que quisieras entenderlo. Menos mal que estaba la señora Peel, nuestra recién fallecida Diana Rigg. Aquello sí que era un consuelo.

Esta serie coincidió en el tiempo con la explosión de las películas de James Bond, que tenían y tienen gran atractivo comercial. Aparte de Los Vengadores hubo muchas más sátiras (Superagente 86 o El agente de CIPOL); incluso hubo un James Bond paródico. Casino Royale, con David Niven. En fin, a lo que íbamos, descanse en paz nuestra admirada Diana Rigg, que tanto nos alegró aquellos siesos años.