Metafóricamente hablando

Antonia Amate

Abogada

Las hadas del campo

M E hueles a sueños de algodón, y caramelo. Detengo mis manos en un intento vano de controlar una caricia, tu suave y cálida piel de ébano me atrae como la miel al osezno. Duermes tranquila, ajena a la tragedia que te trajo a mí. Siento en mi pecho el abrazo de las frías y descarnadas manos de una madre ausente. Invitada de honor por el dios Neptuno, a la fiesta mortal que se celebra periódicamente en el fondo del mar. Ese mismo mar de cálidas aguas para otros, y que a ti te arrojó sobre la fina arena en la que te encontré, después de devorar el cuerpo frágil y exhausto de tu madre. Un escalofrío recorre mi cuerpo, cuando se me pasa por la mente, que un día, cuando crezcas, habré de confesarte la dura verdad, difícil de asumir por una niña. Eres tan cálida, tan suave, tan carente de caricias, que me cuesta contener el vehemente deseo de abrazarte. Te contemplo, y te siento tan pequeña e indefensa, que no puedo evitar la tristeza dolorosa que me embarga, cuando escucho que eres una MENA!. Tú, mi niña querida, que duermes ajena al rechazo que generas, abrazada al osito de peluche al que te aferraste, casi con furor, cuando te conocí aterrada y aterida de frío. Sabes que son las Meninas?, No, ya sé que aún no conoces el idioma, que pronto será el tuyo. Las Meninas son unas niñas más o menos felices, que fueron inmortalizadas en una de las pinturas más famosas del mundo, por un famosísimo pintor español llamado Velázquez. A los niños como tú, de forma despectiva, hay quienes les llaman MENAS. Como te explicaría su significado?. MENAS: menores no acompañados, es decir, niños solos o huérfanos, víctimas de la guerra, de la miseria, de la injusticia, de la desigualdad….., que debieran azotar nuestras conciencias de hombres y mujeres libres, y cómodos. Hace décadas, nos asustaban a los niños con "el tío del saco" y "el sacamantecas", ahora asustan a los adultos con los MENAS. No sé si alguna vez podrás entender el miedo pérfido que albergan los corazones de quienes acuñaron el despectivo significado de esas siglas. No puedo resistir la tentación de acariciarte, mis manos ávidas, recorren tu carita redonda adornada con la sonrisa de la inocencia. Siento una inmensa ternura, y pienso en la suerte que has tenido de no haber sido invitada al festín macabro que se celebra en la mesa de Neptuno, y yo de que seas mi hija. Una promesa ciega sale de mis mudos labios cerrados: te querré siempre Nadia, serás mi querida "menina", y con estas manos que hoy te acarician, defenderé tu infancia. No eres una menor no acompañada, eres la niña de mis ojos.

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