La hora de las ciudades

El PSOE siempre ha defendido el modelo de ciudades generadores de cohesión social e igualdad y de participación

Tras la toma de posesión del nuevo presidente de la Junta, fruto del pacto vergonzante y del que iremos conociendo sus verdaderas intenciones no confesadas con la extrema derecha con la que se ha negociado -para mal- sin pudor sobre la autonomía, la igualdad y sobre los derechos y avances que han supuesto un logro para ésta tierra, nos encontramos en un momento en el que la autonomía andaluza se encuentra amenazada por este gobierno. Uno que echa a andar y en el que los ayuntamientos -sobre los que la ciudadanía volverá a decidir en mayo con su voto- se van a convertir en punta de lanza en la defensa y el compromiso con el 28 de febrero y todo lo que ha supuesto de avance, modernidad, igualdad y transformación de nuestras ciudades y municipios.

Ahora les toca a ellos ser el dique de contención de todos los intentos que ya comenzaron con las negociaciones de las tres derechas para que nuestras ciudades sean el espacio de democracia a la que hemos aspirado y defendido los socialistas. Para el PSOE las personas son el centro. Apostamos por sus derechos, por la igualdad, por el pleno empleo y, sobre todo, luchamos contra la violencia machista.

El PSOE siempre ha defendido el modelo de ciudades generadores de cohesión social e igualdad y de participación. Hemos blindado los servicios públicos y hemos conseguido ciudades y pueblos más humanos y más sostenibles. Eso, ahora más que nunca frente a los que han llegado a las instituciones cuestionando este modelo de libertad.

En estos días de incertidumbre, los socialistas hemos vuelto a declarar que ante las elecciones municipales próximas no vamos a consentir retroceso alguno en el alcance de nuestra autonomía, también en la local. Queremos hacer un llamamiento a los andaluces y andaluzas progresistas que se quedaron en casa en las elecciones pasadas, para que en mayo, acudan a defender con su voto los avances conseguidos, a defender la igualdad y a frenar los impulsos de involución y de recortes en derechos de las derechas. Que entre todos y todas, convirtamos el poder municipal en un garante de igualdad. La amenaza es real, está ahí, se ha verbalizado y hasta negociado con ella. Por eso, quien no quiera verla o piense que no va a llegar a su ciudad puede estar cometiendo un error que, fácilmente, se corrige y se frena con la participación en las urnas.

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