El medio y el ambiente

El ideal, los BIC y los de la Bips

Como yo soy el hijo optimista del chiste de los dos hermanos: uno optimista y otro pesimista, lo veo fácil

El título de este artículo se debe a la espesura mental que me domina mientras empiezo a escribir estas líneas. No me gusta lo más mínimo. Pero tampoco voy a echar la mañana en cómo titularlo.

Al Ideal hago mención, porque gracias a los restos de sus bobinas al imprimir el periódico, los estudiantes de Granada, sobre todo los de Ciencias, comprábamos frente a la redacción de Ideal en la calle Gran Capitán por menos de un duro un kilo de recortes, más o menos tamaño folio, cortados a cuchillo y pesados a ojo, para papel de sucio para estudiar.

Los míticos Bic de 7 pesetas, casi siempre negros y de punta gorda, se vaciaban como a chorro en épocas de exámenes. Pero eran muy serviciales, porque eran de escritura suave y clara, valga el contrasentido. Además, siempre había alguien que por los nervios le daba por cantar el anuncio de la época "Bic naranja, Bic cristal, dos escrituras a elegir, …". Otro día hablaremos del niño de "La Catri".

Y la BIPS, acrónimo de la celebérrima y archiconocida brigada formada por conocidos y nunca bien recibidos compañeros de curso. En realidad eran miembros de la brigada de investigación político social "matriculados" en la Universidad, pero que por desidia o por pensar que los estudiantes no repetirían, a ellos "los matriculaban" siempre en el mismo curso y, además, según la leyenda iban doblados por el peso de la chapa.

Bueno pues de todo eso me he acordado al leer que ahora los policías se infiltran en los botellones para poder manejar ese cotarro.

Con toda sinceridad, me ha provocado malestar interno enterarme de ese hecho. Pero no solamente por lo que tiene de "espionaje" por parte de la policía, sino porque no soy capaz de decir rotundamente que estoy en contra. Me han provocado un dilema moral que viene motivado por las siguientes razones: vivimos en plena libertad, pero han resucitado técnicas que yo creía desechadas; vivimos en plena libertad, pero ni podemos ni debemos consentir que la juventud se autodestruya por el alcohol y demás sustancias adictivas; la sociedad en su conjunto tiene a su disposición una cantidad inconmensurable de información, pero desgraciadamente, quiero pensar que la está usan mal por no saber qué hacer con "esos big data" ni qué hacer con ellos.

Como yo soy el hijo optimista del chiste de los dos hermanos: uno optimista y otro pesimista, lo veo fácil. Tan fácil como puede ser hablar sinceramente, escucharse, exponer situaciones, problemas, demandas, y sobre todo: actuar como personas racionales. Expresión que ojalá fuera una redundancia siempre.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios