Menos impuestos y más transparencia

Estas primeras medidas reflejan, a mi juicio, no sólo un cambio de políticas, sino también en la forma de gobernar

Acierta plenamente el Presidente Moreno al haber celebrado el primer Consejo de Gobierno su nuevo gobierno en Antequera. Esta primera reunión de trabajo del su equipo de consejeros y consejeras refleja un cambio de estilo muy revelador: de entrada se está mostrando la continuidad y la vigencia de las raíces históricas de nuestra identidad autonómica, al mismo tiempo que se lanza un mensaje de apertura territorial que contrasta con el asfixiante centralismo que el socialismo estableció en Andalucía durante demasiados años. En esta reunión se han confirmado dos de los ejes de actuación que los responsables del nuevo ejecutivo andaluz habían anunciado durante la reciente campaña electoral: más transparencia y menos impuestos. Para ello se va a llevar a cabo una auditoría que investigue la situación real de las cuentas en Andalucía y que continúe la labor fiscalizadora de aquellos asuntos, conocidos o no, que hayan vulnerado la legalidad o que hayan podido suponer perjuicios al conjunto de la sociedad andaluza. Como hemos venido diciendo en más de una ocasión, ha llegado el tiempo de abrir las ventanas y levantar las alfombras en la Junta de Andalucía para situar a nuestra tierra en el camino de un crecimiento y un progreso respetuosos con la ley y que dé cabida a las aspiraciones de una comunidad llena de potencialidades aún por explotar. Este nuevo gobierno está llamado a recuperar ese espíritu de concordia y tolerancia que nos hizo grandes a los andaluces, orillando los prejuicios para buscar puntos de encuentro que permitan llegar a acuerdos positivos para todos. Otro de los grandes acuerdos previstos por los miembros del nuevo Gobierno es la supresión del injusto Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que durante tantos años ha causado problemas y agravios intolerables a miles de familias andaluzas, a las que los anteriores gobiernos socialistas esquilmaron sin consideración, haciendo pagar de nuevo a hijos y nietos algo que ya habían pagado en vida sus padres y abuelos. Estas primeras medidas reflejan, a mi juicio, no sólo un cambio de políticas, sino también en la forma de gobernar. Una nueva impronta que va a aportar más serenidad en el necesario diálogo entre Junta y Ayuntamientos, para que dejen de ser escenario de permanentes e improductivas confrontaciones. Un tiempo nuevo en el que, estoy seguro, Almería va a salir ganando.

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