La institución del saber

En el gran Algunas universidades españolas lejos de ser un Bálsamo de Fierabrás son un bosque animado lleno de Fendetestas

Bajo el título de este artículo hay una urgente necesidad de reflexión o tal vez de expresión. Cuando nos referimos a las universidades españolas solemos caer en el mito del saber y de la cultura y casi tenemos un comportamiento radical cuando negamos inconscientemente todo aquello que manche nuestra tradición universitaria. Pero lo cierto es que algunas de las más altas instancias educativas españolas hace tiempo que dejaron de ser reflejo de los mitos. La principal razón para ello es que no existe separación de poderes. Cuando utilizamos esta expresión solemos hacerlo para cuestionar al ente judicial respecto a la política, pero en las universidades existe la misma circunstancia. No hay separación de poderes en algunas universidades: los partidos políticos son socios de gobierno de ciertos rectorados y decanatos. Por ello no es posible la afirmación, en general, de una universidad libre porque esta concertada con la clase política. Tal como en la época de Nicolás Salmerón la universidad está dirigida desde fuera. En su época llegaron a darse unas revueltas que terminaron con muertos. Se denominaron "Las Cuestiones Universitarias". A Salmerón lo cesaron como profesor por participar en esas revueltas contra la universidad. Tal como entonces algunas universidades españolas no pueden ser consideradas como La Institución del Saber, porque no defienden el saber cómo aspiración máxima. En algunos casos son un ente corrupto donde la docencia viene del favoritismo y del soborno, y donde la verdad y el conocimiento de la humanidad no tienen carácter de urgencia. Solo pueden ser consideradas centros superiores de formación. Nada más. En cierta forma esto confirma que todavía no hemos salido de la tradición escolástica española porque sus estructuras siguen vivas. Ahora en lugar de tejer concordatos con la iglesia se hacen con los partidos políticos. Por mucho que lucharon contra ese sistema personas como Salmerón, sus trabajos fueron en balde. La consecuencia directa de todo esto es que un titulado universitario español tiene deficiencias de cultura general. De igual manera si un profesor se opone al clan es expulsado de forma radical. Por esto el saber se ha tenido que ir a las subculturas, a los márgenes, a las estéticas. Lejos de ser un Bálsamo de Fierabrás, algunas universidades españolas, son un bosque animado lleno de Fendetestas.

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