Carta del Director/Luz de cobre

Hay que ir a votar.... otra vez

No las tengo todas conmigo en que los partidos, esta vez sí, sean capaz de bloquear la gobernanza del país

Los españoles estamos convocados hoy, siete meses después, a las urnas de nuevo para elegir quienes nos representarán en el Congreso y nos gobernarán los próximos cuatro años. Nada que objetar a lo que supone el ejercicio cumbre de la democracia. Pero claro, es que son las cuartas en un solo año y los ciudadanos si no están cansados, si tienen cierto hartazgo de la incapacidad manifiesta de todos ellos en buscar los acuerdos que nos permitan salir del bucle en el que permanecemos inmersos desde abril.

Es de suponer, aunque es mucho entenderlo como tal, que esta vez los intereses partidistas se aparcarán a un lado y por el bien del país y las instituciones el desbloqueo será un hecho. No las tengo todas conmigo si me ciño a lo escuchado estos días de campaña. Los mensajes de casi todos no invitan al optimismo, aunque una cosa es la campaña y otra la realidad que se van a encontrar los partidos en la media noche de hoy.

Poco o muy poco van a variar los resultados de abril, si nos atenemos a bloques, aunque si buceamos en las encuestas la noche será excelsa para algunos, agridulce para otros y amarga para quienes son vistos por los votantes como "culpables" del desaguisado en el que nos hallamos inmersos.

En Almería la campaña ha sido extraña. En juego seis diputados, de los que cuatro parecen asegurados para los partidos de siempre, PP y PSOE y los dos restantes va a depender mucho de los indecisos. Vox no debe tener problemas en mantener el suyo y Cs lo tiene más complicado. Los caprichos de la Ley D'Hont permiten que un solo voto permita que uno de los partidos tradicionales se encuentre con tres diputados, veremos quien, o que los de Rivera coticen al alza manteniendo a José Manuel Villegas en su escaño de la Carrera de San Jerónimo.

Escuchándolos estos días, inasequibles al desaliento, me queda un poso envejecido por la escasez de propuestas nuevas con las que alimentar a los votantes. AVE, agua, agricultura y despoblación se vuelven a configurar como ingredientes base con los que cocinar la pócima mágica con la que atraer a los votantes . Y mucho me temo, que el "huele que alimenta" de otras ocasiones se ha quedado en una mala cocción y un sabor alejado de la exquisitez que todos buscamos cuando nos llevamos la cuchara a la boca. Es posible que el cansancio por comer todos los días lo mismo haya hecho mella en los paladares de los votantes y nos encontremos con una notable bajada de participación.

Elemento no recomendable en ningún caso. Acudir a las urnas es el mejor de los argumentos para poder manipular los alimentos, cambiarlos en caso necesario y lo que pudo iniciarse como un cocido acabe siendo un potaje de berza y, si me apuran, hasta unos gurullos.

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