Este artículo hace referencia a los términos filosóficos de izquierda "emic y etic". Emic es un término, cuyas características, definen una función general, una función "emic", distinta de las diferentes corrientes de izquierdas englobadas en un concepto que dependerá de ciertas variables y de ciertos parámetros. Asi pues tendríamos que contemplar dos expresiones distintas dentro de la "izquierda en singular "que estaría referida a una o varias izquierdas, esto sin perjuicio de que todas ellas contemplasen cierta complejidad, naturalmente hablamos de diferentes conceptos con propiedades comunes, algo hacia lo que avanza la sociedad democrática actual y que sobre todo se produce en la clase política, definida por ideas dispares y lo que es más curioso, todas englobadas dentro del concepto izquierdas. Por eso habría que distinguir entre: "las izquierdas definidas políticamente" y las "izquierdas indefinidas políticamente". Ahora bien, no es fácil determinar la naturaleza política de los criterios en cada caso, asi que nos parece evidente, si queremos lograr una mínima consistencia en nuestros diagnósticos, que es necesario analizar, ante todo, una función que tenga significado político objetivo y en segundo lugar, consideraremos una variable política en cada caso, por lo que tenemos que aceptar un conjunto que mantenga un sistema de elecciones parlamentarias aceptable; con un avance mínimo de rigor en el análisis de las izquierdas definidas, todo esto dicho en función de los objetivos a perseguir; es cierto que la propuesta de un criterio preciso puede levantar objeciones de principio entre quienes desconfían de los conceptos rígidos en materia política, distintos de aquellos que prefieren la flexibilidad propia de los argumentos borrosos, es decir el de la palabrería propia a la que tan acostumbrados nos tienen los políticos. Es una dinámica que entra en un campo inconcluyente e irracional con el eslogan presente del "yo más" y lo que es peor apoyados en partidos que dicen representar a una gran cantidad de ciudadanos, que en definitiva pertenecen a esa izquierda indefinida, inconclusa, presa de un diagnostico que no tiene significado objetivo y; sin embargo lo aceptamos y lo discutimos dentro del marco democrático, en definitiva no significa que distintos criterios "etic" no puedan ser válidos; de esta manera tendremos que aceptar las distintas corrientes izquierdistas que se debaten en el Parlamento; desde este punto de vista podemos llegar a la conclusión de que la izquierda, tanto como la derecha, es un mito oscurantista, sobre todo para aquellos que la interpretan en singular, como si fuese un concepto univoco-sustancialita; pero no nos situamos en la posición de quienes suponen que la izquierda no existe ya en nuestros días, por tanto tampoco cabe oponerla a una derecha, cuya existencia también se pone en tela de juicio; y por consiguiente, el discurso "izquierda-derecha" está obsoleto, caducado y agotado.

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