El lado dulce de la filosofía

Hay un lado dulce en la filosofía que debemos mostrar, ya que la disciplina es un poliedro lleno de partes

De todo hay que extraer el lado positivo, pero aún más la parte que nos haga deleitarnos porque sin duda en todo hay un estado que nos puede llevar al climax. En la filosofía también lo hay. Ya sea por las expresiones como por las anécdotas la historia de la filosofía se compone de momentos divertidos y hasta exaltados. Por ejemplo dicen que ningún esclavo quería ser tratado como se trataba Sócrates. Su mujer, Jantipa, con un gran carácter, lo ponía firma cada vez que su conducta no le gustaba. Por eso un dia, Sócrates, y como rebeldía, dijo "Después del trueno viene la lluvia", justo después de que su mujer le tirara un orinal en la cabeza. Por otro lado Crísipo tuvo otra anécdota curiosa. Vio a un burro comiendo higos y a falta de agua decidió darle vino. Esa situación le causó a él mismo un ataque de risa tan grande que acabaría muriendo falto de respiración. Y si seguimos es muy célebre el desprecio que tenía Diógenes de Sinopé por las convenciones sociales. En una ocasión sus discípulos le preguntaron por la hora exacta de comer. Este con humor les dijo que dependía de si uno era rico o pobre. "El rico come cuando quiere y el pobre cuando puede" - aseveró-. En tiempos más recientes Isaac Newton protagonizó una anécdota dulce. Como muchos pensaba que los políticos eran un mal necesario y que por lo tanto había que formar parte de las instituciones. Con esa idea fue elegido representante de la Universidad de Cambridge en el Parlamento británico. Durante cuatro años en el cargo, desde 1687 hasta 1690, Isaac Newton solo pidió la palabra una sola vez. Su intervención fue: "Propongo cerrar esa ventana porque aquí hace un frío considerable". Tan solo eso. Fue una genialidad que me recuerda las ironías de Diógenes. ¿Era la política de entonces tan aburrida e insustancial como la de hoy? ¿Por eso dijo aquella frase? Hay otra de Wittgestein. Dicen que el filósofo estaba esperando la salida de un tren en la estación de Cambridge. Pero durante la espera se enfrasco en un debate con una amiga y no se dieron cuenta de la salida. Por eso comenzaron a correr cuando el tren comenzó a alejarse. En esa pose fue solo Wittgestein el que consiguió subirse quedando su amiga fuera. El problema es que era la chica la que iba a partir y Wittgestein solo había venido a despedirse. Como vemos hay un lado dulce en la filosofía que debemos sacar a veces.

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