Utopías posibles

Juan José García

Una lectura de las elecciones en EEUU

El pasado martes 3 de noviembre se celebraron las elecciones presidenciales en EE.UU. y, una vez más, todos los medios de comunicación en España tuvieron programas especiales, dedicaron mucha atención a Juan José Garcíasu desarrollo y se siguió el recuento de votos casi al minuto. Finalmente ganó el candidato demócrata Joe Biden. El interés está justificado por tratarse del país que lleva décadas ejerciendo el liderazgo en el mundo en muchos aspectos y sus políticas, sobre todo en el plano internacional, nos afectan a todos.

Es cierto que los cuatro años de la presidencia de Trump nos han transmitido una visión muy extrema de la postura norteamericana en relación con el resto del mundo; además, la forma de transmitirla, muchas veces vía tweet o en con unas formas poco adecuadas, lo hacía más inaceptable. En estas elecciones se ha visto la diferencia entre los estados de la costas este y oeste, más liberales, y los del interior, más nacionalistas y aislacionistas. A nivel interno, su política ha conseguido polarizar a la sociedad norteamericana al más puro estilo populista y esas políticas costará tiempo superarlas, si es que se consigue.

De un gobernante que deja ese legado a su sucesor, junto con sus ataques a la independencia del poder judicial y a la libertad de prensa, por citar solo algunos ejemplos importantes, nunca puede pensarse que ha hecho una buena gestión, aunque haya tenido algunos logros importantes en su econonía y unas cifras de desempleo buenas a pesar de la pandemia. Su política exterior también ha sido muy radical, tomando medidas o decisiones que han causado un rechazo generalizado a sus políticas. Es cierto que su liderazgo se está viendo amenazado fundamentalmente por China, pero también por Rusia o la Unión Europea en el plano económico y está haciendo todo lo posible para impedirlo.

Hasta ahora este liderazgo se traducía en que intervenían en la mayoría de los conflictos de manera activa o de forma indirecta y lo mismo ocurría con la política interna de muchos países. Su contribución económica en las organizaciones internacionales también era la mayor con diferencia y la opinión de los dirigentes norteamericanos es que todo ello ha supuesto que otros países hayan avanzado en el ranking de potencias económicas del mundo sin asumir su parte de responsabilidad, aunque si han aumentado su influencia.

Recordemos que Obama ya se negó a participar en los conflictos de Libia y Siria diciendo que fueran los europeos los que se involucraran en unos conflictos que les afectaban a ellos en mayor medida; en el plano interno también llevó a cabo una política de inmigración muy restrictiva. Trump ha continuado con esas políticas en lo relativo a inmigración y retirando sus tropas o disminuyendo su presencia en varios países y ha revisado su contribución a organizaciones como la ONU, OTAN u OMS, por citar solo unos ejemplos.

En mi opinión, muchas de esas decisiones se mantendrán porque, aunque parezca lo contrario, los cambios de administración en EE.UU. no suponen un cambio brusco en todas sus políticas. La imagen, sin duda, será más amable, pero los resultados habrá que analizarlos con el paso del tiempo.

Hay muchos aspectos de la política internacional relacionados con el cambio climático, Oriente Medio, Irán, Rusia, China, UE, política arancelaria, etc. que serán revisados por la nueva administración Biden, aunque no debemos esperar que todo cambie radicalmente, porque el liderazgo que mencionaba antes se sustenta en muchas patas y sus enemigos también tienen políticas agresivas, aunque no sean tan visibles para nosotros. En fin, no se deben hacer lecturas demasiado simples del resultado electoral porque eso nos aleja de la realidad interna de los EE.UU. y, aunque cambie el presidente, en muchos aspectos sus políticas seguirán igual. Luchan por mantenerse como primera potencia económica del mundo y por solucionar sus problemas internos, que no son fáciles de valorar desde fuera porque su historia, su cultura y la forma de hacer política son muy diferentes a las nuestras.

En cualquier caso, es un país con el que interesa llevarse bien porque lo beneficios son altos y vivir de espaldas a ello, como hemos visto, tiene sus consecuencias.

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