Manuel López Muñoz

Para la libertad

Podrán eliminar los versos de Miguel Hérnandez, pero no al creador de páginas tan bellas de nuestra Literatura

Para la libertad me desprendo a balazos / de los que han revolcado su estatua por el lodo. / Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, / de mi casa, de todo". Leo que el Alcalde de Madrid ha ordenado eliminar del cementerio de La Almudena unas placas que contenían versos del poeta Miguel Hernández; en 2012, el Ayuntamiento de Huércal-Overa ya eliminó el nombre de Rafael Alberti de su Teatro Municipal; hoy mismo, aún sigue abierta la discusión sobre la demolición, traslado o resignificación del monumento a Los Coloraos, frente al Ayuntamiento de Almería. No son casos aislados y mucho sospecho que otros más los seguirán porque no se trata de decisiones técnicas, sino de inquinas políticas.

"Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, / ella pondrá dos piedras de futura mirada / y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan / en la carne talada". Los romanos, cuando moría alguien a quien se consideraba enemigo de la Patria podían ordenar borrar cualquier vestigio de su paso por el mundo. Desaparecía su nombre, se eliminaban sus cargos y, al impedirse su recuerdo, se buscaba que nunca hubiera existido (En el siglo XVII se llamó a esta práctica "damnatio memoriae", que podríamos traducir como "condena del recuerdo"); George Orwell, en su "1984", describía a las no-personas, el trasunto literario de los purgados por la dictadura soviética. Debo suponer que la eliminación de los versos de Miguel Hernández se debe a su filiación política, no a un juicio estético literario que dudo que sea propio del Sr. Alcalde, que en algún momento se dará cuenta de que en ese cementerio yacen los restos del socialista Enrique Tierno Galván, el masón Santiago Ramón y Cajal, el comunista Julián Grimau o los republicanos Alejandro Lerroux y Niceto Alcalá-Zamora. No descartemos que antes o después se le pase por las mientes eliminar el recuerdo también de los aquí citados, que comparten con el poeta el pecado de no haber sido partidarios del golpe de Estado.

"Retoñarán aladas de savia sin otoño / reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. / Porque soy como el árbol talado, que retoño: / porque aún tengo la vida". Podrán eliminar los versos de Miguel Hernández, los que entrecomillo aquí, pero no al creador de algunas de las páginas más bellas de nuestra Literatura. A diferencia del Sr. Alcalde, el poeta retoñará por mucho que talen sus ramas, sus placas o sus versos.

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