República de las Letras

El libro misterioso

Este tipo de colecciones suponen el renacer del auténtico cómic europeo para niños. Ya era hora

Siempre me ha gustado como temática de esta columna lo cultural, en especial los libros, y comentarles alguna obra que crea yo pueda tener interés para quienes en verano deseen aprovechar las vacaciones y todo eso para darse el placer de la lectura. Esta vez el motivo de mi reflexión va a ser un libro, una colección más bien, que ha llamado mucho la atención de mi nieta Abril, que tiene siete años y ha acabado 1º de Primaria con unas notas excelentes. Así que su abuela y yo se la hemos regalado este fin de curso.

Se trata de la serie denominada Los diarios de Cereza, publicada por Penguin Random House en 2018, procedente de la edición original de Éditions Soleil en 2013. Hasta ahora han aparecido cinco libros, de los que el segundo, titulado El libro misterioso -Le libre de Héctor en las ediciones francesas-, ha merecido el premio al mejor cómic infantil de Angoulême y ha sido un verdadero acontecimiento en Francia, donde ha vendido medio millón de ejemplares, avales suficientes para darle un lugar a la obra en la biblioteca privada de los niños de la casa. Se trata, en efecto, de un cómic de Joris Chamblain y Aurélie Neyret cuyo personaje principal es una niña llamada Cereza. Ella y sus amigas se ven envueltas en investigaciones y pesquisas a causa de un libro, unas fotos, unas cartas nunca enviadas o, qué sé yo, que estimulan su imaginación e involucran a familiares, vecinos y amigos cuyas circunstancias personales también influyen en la trama, dándole a la historia un viso de cercanía a la vida normal de que tan falta estaba la edición gráfica en los últimos años, yo diría que en las últimas décadas. Los diarios de Cereza son, en efecto, la vuelta del cómic. La página se distribuye de nuevo en viñetas -sin marco, eso sí-, los diálogos son sencillos y no recargados de onomatopeyas estridentes, producto de un cuidado guion. Los recursos cinematográficos no son recargados y los personajes son claros sin llegar al estereotipo vulgar ni a la estricta división buenos-malos. Se añaden ilustraciones de las páginas del diario de la protagonista, hojas de cuaderno, dibujos, esquemas…, que junto con el color acuarelado -hecho con ordenador- y los contenidos reflexivos que se desarrollan producen una lectura amena, tranquila y ordenada que mueve al pensamiento y a la observación, una lectura muy recomendable para los niños. Renace el cómic auténtico. Ya era hora.

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