Los espectadores de la política almeriense tenemos suerte, el PSOE nunca decepciona. Y, últimamente, con una vertiente humorista en línea con las nuevas tendencias en series políticas. Su último lío, las primarias. En España, ya vamos viendo, que lio es a primarias como el tomate a las albóndigas. Le da sabor. En Almería capital, con gran ánimo y sin reparar en la ironía de la fecha, convocaron primarias el domingo de carnaval. Primarias para votar candidatos a las Cortes, primarias para la lista que acompañaría a la candidata en su intento de convertirse en la primera mujer alcaldesa de Almería. Esas últimas, pretendían elegir la lista electoral -primera vez que lo hacían y, para mí, que la última- iban de presentar una lista de posibles candidatos, que se habían apuntado previamente. El votante elige unos cuantos y con el resultado se configura la lista ¿seguro que fue buena idea? No se trataba de elegir individualidades, sino equipo, que requiere cohesión, afinidad entre sus miembros, confianza de y por su líder, pluralidad de habilidades. Imaginemos que los más votados son todos cocineros, ¿su programa electoral sería un recetario? Se equivocaron cuando lo plantearon así, a las bravas, y acertaron cuando rectificaron, aunque a destiempo y dando la razón a quienes dijeron que todo era apariencia. Los dirigentes socialistas o no previeron lo que podría ocurrir, lo que está mal, o les dio igual, que estaría peor.

Hagamos repaso, pues antes de estas primarias, ya hubo otras para elegir la cabeza de del cártel electoral. La prensa local se ocupó mucho de aquello. Entonces, una ilusión como no se había visto antes, animó a unos cientos de personas a afiliarse y votar. De acuerdo que descubrieron el socialismo a la vez, pero los sentimientos vienen cuando vienen. Nada raro. Bien, de aquellos lodos…estas primarias. Quedan preguntas que es mejor no hacerse ¿Sin el voto de esos neoafiliados, los más votados y al mismo tiempo más desconocidos, lo hubieran sido igualmente? ¿Para qué se presentaron quienes, después, han aceptado no estar o no estarlo en el puesto que correspondería? Para este viaje, amigos, no se necesitaban alforjas que dice el refrán. Entendiendo por alforjas unas primarias en la que sus dirigentes solo creen si les favorece. Ahora tienen a parte de su militancia enfadada, pero qué más da. Pronto otro lío sucederá al actual, dando la razón a los sectores más dinámicos de la sociedad que hace ya tiempo les abandonaron. Que a sus dirigentes probablemente les dé igual. Menos a competir por los puestos que van quedando.

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