La tapia con sifón

Un local con suerte

Hay que resaltar que el diseño del espacio es tan bueno que se mantiene casi intocado

Iigual que hay locales que parecen gafados y fracasan todos los negocios que en ellos se montan, también los hay con buena suerte. El de la Plaza Vieja, contiguo y perteneciente al Aire Hotel, ha acogido ya tres restaurantes del más alto nivel de la capital. En estos momentos se llama 4 Hojas y lo lleva un chef de larga ejecutoria en Almería, Juanjo Carabajal. Antes de comentarlo hagamos un poco de historia: Alejandro Sánchez, que ya tenía una estrella Michelín en Roquetas, lo diseñó y abrió a principios de 2011 con el nombre de Alejandro Plaza Vieja. Hay que resaltar que el diseño del espacio es tan bueno que se mantiene casi intocado, salvo en detalles decorativos; y en el nombre, claro. Alejandro se fue a Hong Kong y finalmente abandonó este local. Entonces lo ocuparon brevemente un par de empresas de cuyo nombre no es que no quiera acordarme, es que de verdad no me acuerdo. Hasta que en 2014 lo cogió Joseba Añorga, que llevaba desde 2007 triunfando con una oferta novedosa para Almería en Padre Alfonso Torres. La Taberna Joseba Añorga ha estado allí hasta febrero de 2020, cuando inició su traslado a su actual ubicación en la plaza de Urrutia.

Y, como decía, ahora lo regenta Juanjo Carabajal, que abrió en julio de ese año, aprovechando la primera desescalada. Con los inconvenientes que hemos sufrido todos en estos largos meses, por fin está ya a pleno rendimiento. Y hay que decir que es de las pocas novedades destacables que hemos tenido en la capital en estos dos años. La cocina de este argentino afincado en nuestra provincia es conocida y reconocida: cuando La Costa recibió la primera estrella Michelin de la historia de Almería, Juanjo Carabajal era el jefe de cocina. Y aquí se expresa con solvencia, personalidad y experimentado bagaje técnico en una carta con abundantes referencias americanas -peruanas, argentinas, mejicanas- y una destacada apuesta por los productos almerienses de calidad. La carta de vinos no es muy larga pero con bastantes referencias interesantes que se alejan de lo convencional, como los excelentes vinos de la bodega jerezana Rey Fernando de Castilla. El servicio es amable y está ya bastante rodado. La relación calidad-precio es muy buena. Hacía tiempo que no escribía una columna de crítica de restaurante a la antigua usanza, pero creo que la ocasión lo merece. La verdad es que tengo pocas ocasiones de hacerlo.

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