La tapia del manicomio

Todos al maco

Rodrigo Rato ya tiene antecedentes familiares: su padre estuvo un tiempo en la antigua cárcel de Almería

Llevamos años cruzando apuestas con algunos amigos sobre Rodrigo Rato. Primero apostábamos si alguna vez habría pantalones para procesarlo: las apuestas estaban tres a uno a que no. Uno decía que no habría justicia ni democracia real en España hasta que Rato no fuera a la cárcel. Y la verdad es que todavía no ha ido. Una vez que fue empapelado y exhibido entrando en la lechera de la Pasma, las apuestas empezaron a cambiar de signo. La opinión mayoritaria (entre los cinco o seis apostadores) era que vale, que sí, que lo habían trincado, pero que no lo iban a condenar, bien porque no habría pruebas (o se "perderían"), bien porque fueran declaradas no válidas por haberlas obtenido preguntándole al propio Rodrigo, o por cualquier otro detalle técnico a los que son tan dados los jurisprudentes (más que prudentes es que se la cogen con papel Bolloré, relleno incluido). Ahora que ha sido condenado, las apuestas vuelven al punto inicial y se hacen sobre si entrará o no entrará en el trullo. Una variante es, que si una vez encarcelado lo será donde le pille cerca de algunas de sus más acendradas aficiones. Ya tiene antecedentes familiares: su padre estuvo un tiempo en la antigua cárcel de Almería que, como nuestros coetáneos recordarán, estaba en la carretera de Níjar, frente al Seminario, cerca de las Hermanitas de los Pobres y, sobre todo, muy próximo al bar Estiércol, donde don Ramón Rato iba a menudo a comer marisco y pescado, "escoltado" por el director de la cárcel, cuyo nombre lamentamos no haber llegado a conocer.

Todo este sistema de apuestas es extensible a los diversos casos que están pendientes de múltiples circunstancias: recursos al Supremo o a Estrasbusrgo, o que quiten a los fiscales y jueces que llevan las causas y no son muy cariñosos con el Poder. Así que las apuestas pueden llegar a ser más numerosas que las del fútbol por internet: si irán a la cárcel los ya condenados, como Urdangarín, Torres, los innumerables compañeros de Rato en las tarjetas "black" y más que no recordamos. Otrosí, en el caso de que vayan al maco, cuándo irán. Hay una larga ristra de gentes pendientes de juicio sobre las que se puede apostar lo mismo: si recusarán jueces, si se perderán pruebas, si prescribirán los delitos, si Rajoy los indultará… Bwin y sus colegas se van forrar. Aun más.

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