Lo mejor, lo bueno, lo regular y... lo que se hará

Toda solución propuesta será inviable o incómoda. Sólo queda elegir la menos mala

Mal que bien algunas cosas se van solucionando. Algunos de los problemas de indole social y económica, no digamos sanitaria, generados por el coronavirus van encontrando soluciones, bien sean parciales, provisionales, y con un futuro incierto. Pero algo se puede estar haciendo. Sin embargo se está planteando ahora otro problema cuya solución va a ser algo así como la cuadratura del círculo. Me refiero al mundo de la educación. Si la solución fuera aportar más dinero podríamos mirar el asunto con un cierto optimismo. Sin embargo las cosas se enredan porque la mejor solución, limitar el número de alumnos por aula, es imposible de llevar a la práctica. Aun cuando hubiera profesores en paro para cubrir las necesidades (habria que improvisar en muchas especialidades), estamos tropezando con el grave problema de los locales. Si se limita el número de alumnos por clase a lo ideal, 15 por aula, cualquier centro de linea tres vería tendría que multiplicar por uno y medio el número de espacios disponibles. Globalizando el cálculo, esto significaría que habria que incrementar el número de centros docentes existentes en un tercio. Y los edificios no se improvisan, ni siquiera con aulas prefabricadas. Descartamos la soluición óptima. Subir progresivamente el número de alumnos implica disminuir en un ritmo similar el número de aulas, pero incrementando a la vez el riesgo de contagios. Y dado que es imposible dejar sin escolarizar a los alumnos ¿cómo conjugar todos esos factores? Duplicar turnos genera graves problemas de conciliación. Desplazar alumnos a algunos centros que puedan no estar saturados (si los hubiera) tampoco es fácil. ¿Qué se puede hacer? Toda solución propuesta será inviable o incómoda. Solo queda elegir la menos mala. Es ahora cuando me alegro de no tener que tomar esas decisiones y asumir las responsabilidades que conllevan. Por eso, me atrevo a pedir cuando menos comprensión para todas las personas implicadas en la búsqueda de una salida. Comprensión para el Ministerio de Educación, para los Consejeros de todas las autonomías, y, sobre todo, para las Juntas Directivas de todos los centros, que serán quienes tendrán que poner en práctica las directrices generales y quienes tendrán que dar la cara ante los padres y los alumnos. Insisto. Sea cual sea la decisión, tendrá consecuencias negativas. Los compadezco y pido comprensión. Bastante tienen.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios