El callejón del gato

El mensaje del Rey

Si algo tuviera que objetar s es que Felipe VI no hiciera referencia alguna a las cartas de militares anclados en el franquismo

Se esperaban con expectación las palabras de Felipe VI en el tradicional mensaje de navidad, en relación con la situación en la que se encuentra su progenitor y antecesor en la jefatura del Estado. No tanto las reacciones de los representantes de los distintos partidos políticos, que se ajustan a lo previsible según su procedencia. Puede ser que algunos ya tuvieran preparado su discurso de contestación antes de que el rey pronunciase el suyo. Nada nuevo al respecto. Lo cierto es que Felipe VI lo tenía difícil porque, a fin de cuentas, por mucho que la conducta del emérito fuera de lo más reprobable, se trata de su padre. Sin obviar el asunto, estas fueron sus palabras: "Los principios morales y éticos nos obligan a todos sin excepciones; y están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personas y familiares". Eso dicho en abstracto, se podría entender que son palabras huecas. Pero relacionándolas con unos hechos concretos, adquieren significado. Si tenemos en cuenta que a Juan Carlos I le han puesto freno para que no venga a España en estas navidades porque, al parecer, se halla en trance de ser investigado judicialmente por presuntas acciones delictivas, no hace falta ser una lumbrera para entender que se está refiriendo a su padre. Como dice el refrán, "al buen entendedor pocas palabras bastan". Yo deduzco que Felipe VI antepone su comportamiento como jefe del Estado, a la relación paternofilial que le une a su antecesor, dicho sin necesidad de soltar improperios, estableciendo una separación en cuanto a la institución se refiere. Estamos tan acostumbrados al lenguaje cuartelero que sueltan determinados políticos, que cuando nos hablan con cordura y moderación, algunos no entienden su significado. Sin responder a nada concreto, para cualquier cosa que haga el Gobierno, Pablo Casado y su equipo tienen preparado su argumentario pidiendo a sus cargos que lo tachen de "mentiroso" "incoherente" y "cobarde". Quienes piensan que sobramos 26 millones de españoles se expresan con ardor guerrero sin cortapisas, con el visto bueno de la parlamentaria de vox, Macarena Olona, considerándolos de los suyos. Si algo tuviera que objetar sobre el mensaje navideño es, precisamente, que Felipe VI no hiciera referencia alguna a las cartas recibidas de militares anclados en el franquismo, marcando distancias con la ultraderecha. Los brotes fascistas son más peligrosos de lo que parece.

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