La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Un mes con Juanma (y II)

Los 600.000 empleos eran sólo una promesa electoral y la BMI acabará siendo una Bajada Módica de Impuestos

Más allá de las meteduras de pata en materia de nombramientos, sean políticas (designación de la delegada de Turismo, Justicia, Regeneración, Administración Local... y Grandes Expresos Europeos en Granada, que duró unas horas en el cargo) o estéticas (ex defensor del mayor corrupto de los ERE nombrado director de la Oficina Fiscal y Judicial de Andalucía), lo que peor ha hecho el Gobierno de Juanma Moreno tiene que ver con algo que refleja el vasto refranero popular, que lo mismo vale para un roto que para un descosido: no es lo mismo predicar que dar trigo.

Llevan cuatro semanas mal contadas en San Telmo y alrededores y ya han tenido que reconocer que los 600.000 empleos eran una simple promesa electoral que no se va a cumplir porque no dependen de la Junta, que la Bajada Masiva de Impuestos va a quedarse en Bajada Módica de (Algunos) Impuestos o que las reformas y nombramientos en Canal Sur, Defensor del Pueblo, Cámara de Cuentas o Consejo Audiovisual van para largo y no se podrán hacer sin contar con el partido mayoritario, que resulta ser el PSOE.

Del mismo modo, ahora ya no son denunciables las ayudas al alquiler de viviendas para altos cargos no residentes en Sevilla, que ha habido que mantener por elemental prudencia, las auditorías pregonadamente integrales a toda la Junta han quedado reducidas a las lógicas auditorías selectivas y parciales encargadas a la Cámara de Cuentas y el desmontaje de la burocracia parasocialista enquistada en la Administración autonómica ha debido limitarse a una reducción modestísima del número de altos cargos y asesores.

Lo que les ha pasado a Juanma Moreno, Juan Marín y acompañantes es que se han dado un baño de realidad. Por motivos políticos partidistas y razones electorales habían construido, y difundido, una imagen de Andalucía sólo parcialmente verdadera. En cuatro semanas han empezado a comprender, qué remedio, que no había tantos enchufados como decían, que no sobran tantos organismos como se denunciaba, sino sólo unos cuantos, que no todo lo que hicieron los socialistas hay que arrumbarlo, que incluso altos cargos nombrados a dedo antes pueden ser buenos gestores renombrados a dedo ahora y que no se deben hacer promesas demagógicas que se saben imposibles.

Vamos, que el cambio de Andalucía será difícil y lento. Si es que lo hay...

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