Carta del Director/Luz de cobre

Los millones del AVE

La convocatoria de elecciones generales ha devuelto a la realidad a aquellos que ya veían el AVE en la estación

Los 348 millones de euros que los Presupuestos Generales del Estado contemplaban para el AVE con Almería se han diluido como un azucarillo en un café. El cuento de la lechera para el Gobierno de Pedro Sánchez se ha roto con el mismo dolor que un jarrón de porcelana china caído de su pedestal. La convocatoria de elecciones generales ha devuelto a la realidad a aquellos que parecía tenían ya en la estación de Renfe los primeros convoyes y que se frotaban las manos creyendo que pasarían a la historia como los ejecutores de la gran obra de infraestructuras aún pendiente en esta tierra. Se han hartado de vender expropiaciones, adjudicaciones provisionales, pompa, boato y circunstancias para mayor gloria de un ministro, el señor Ábalos, que a pesar de todo no se ha atrevido aún a pisar la provincia. A ver si durante la campaña electoral sus correligionarios de Almería son capaces de traerlo para que nos explique la voluntad de continuar con la obra o el desaguisado en que ahora nos encontramos.

No se trata de hacer sangre. No es el momento. Pero lo cierto es que más que presentar mociones en los ayuntamientos reclamando a la oposición que solicitaran la aprobación de los Presupuestos del Estado, se podía haber trabajado en la dirección de la seriedad, la coherencia y la realidad. Y es que esta última siempre acaba siendo superada por la ficción y lo sueños de aquellos que siguen pensando que la opinión pública, los ciudadanos, son manipulables en la misma medida que las noticias falsas o las medias verdades se instalan en el lenguaje cotidiano de quienes nos gobiernan.

La provincia no se merecía un Gobierno del Partido Popular que a lo largo de seis años nos ninguneo, y de qué manera, con las obras del AVE con Murcia, con argumentos cada cual de ellos más peregrino, en un intento de distraer la atención, pero conociendo la imposibilidad de comenzar los trabajos, entre otras razones porque no había dinero para ello y porque las prioridad no era Almería, sino contentar a otras comunidades más guerreras que la nuestra. El regreso del PSOE al Gobierno trajo un soplo de aire nuevo y un halo de esperanza que se esfumo en la misma medida que la circunferencia de una bocanada de humo. No han necesitado seis años para hacer añicos cualquier expectativa. Han sido suficientes ocho meses para situarlos en la misma rampa de salida que los populares. Y es que la vieja política o la nueva política, lo mismo da que lo mismo tiene, mantiene intactos sus vicios, sus mentiras y sus cuentos de la lechera. El problema es el de siempre, que los perjudicados somos aquellos que llevamos años clamando por unas infraestructuras ferroviarias acordes con el crecimiento y el desarrollo de una provincia, siempre olvidada, y me temo que seguirá siéndolo por muchos años. Una pena.

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