A dos metros

Ricardo Alba

Y hasta el moño, por favor

Y así nos van los asuntos de Estado: la salud, la educación, la economía, la justicia. Y así se van los presos del 'procés', caminito de Jerez

Las horas de sol se acortan tres minutos diariamente según palabra de Brasero, por consiguiente, las noches se alargan hasta que durante el solsticio de invierno se produce el día más corto del año. Son las cosas del otoño, de las estaciones meteorológicas en el hemisferio norte del planeta. Tienen su periodo funcional para el mantenimiento de la vida, se presentan de manera cíclica e invertida entre un hemisferio y otro. Visto así es un consuelo saber de antemano que al invierno le seguirá la primavera y así de seguido hasta comenzar de nuevo. No sucede, por el contrario, con otras estaciones del ser humano al decir del concepto cosmológico chino, o, de otra manera, el paralelismo que representa el constante fluir de las estaciones y nuestro crecimiento físico, mental, emocional y psíquico.

El cerebro de un adulto pesa alrededor de un kilo y cuatrocientos gramos según, entre otros, John Oates, profesor de Psicología del Desarrollo de la Universidad Abierta del Reino Unido. Gracias a la interconexión de ochenta mil millones de células nerviosas, llamadas neuronas, nuestro cerebro controla y regula la mayoría de las actividades del organismo. (El dato es de Carmen Espinosa avalada por el doctor Redolar, profesor de la UOC).

Esta compleja maquinaria de interconexión a veces falla, principalmente en la sesera de algunos de nuestros políticos, lo que les induce a evacuar indiscriminadamente variopinto surtido de sandeces, majaderías, desatinos y peligrosos despropósitos. No sé, a lo peor en el hemisferio inverso los estúpidos somos los ciudadanos por prestarles atención. Si a usted o a mi nos sueltan, es un poner, que en estas que estamos una ministra se dedica a posar para las portadas de revistas del corazón en plan lujerío, pues, a ver, ya me dirá. Ya me dirá cómo se soporta que desde el propio Gobierno se planee dinamitar controladamente, dicho en plan político, nuestro sistema Constitucional. Ya me dirá. O que lo digan las mudas esfinges a la diestra de Batet, para eso están.

Son alarmantes -políticamente hablando- las evidencias de cortocircuitos neuronales previsibles en una central de registros viciados, de nodos interconectados permanentemente al rojo vivo, o de la desconexión siquiera comunicativa de la otra bancada. Y así nos van los asuntos de Estado: la salud, la educación, la economía, la justicia. Y así se van los presos del 'procés', caminito de Jerez

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