Opinión

aURELIO rOMERO

Que no se les muera nadie en castellano

Cataluña ha contratado enfermeras y andaluces, pero quieren hacerles un cursillo de capacitación lingüística

Hará un par de años, un activista del independentismo catalán más zumbao, que atiende por Santiago Espot, montó en cólera porque una doctora de un centro de atención primaria de Barcelona atendió en castellano a una paciente. "Esto es una puñetera colonia", le gritó al director del centro. "Aquí vienen médicos con el ánimo del colonizador a menospreciarnos y no te puedes ni morir en catalán". Se refería a que las últimas palabras que escucharas en vida fueran en lengua castellana. Viene esto a cuento porque Cataluña, según La Vanguardia, ha contratado a 600 enfermeras y enfermeros andaluces para reforzar las plantillas de sus hospitales, bajo mínimos en esta pandemia que no acaba. Y no es que el Institut Català de la Salut haya hecho una OPA hostil a nuestro Sistema Andaluz de Salud, robándonos profesionales, no; el ICS ha aprovechado que el SAS había cancelado los contratos Covid a 2.000 sanitarios (aquí vamos sobraos de personal y tenemos al virus de rodillas) y ha fichado a los que ha querido. Ahora bien, de inmediato han surgido los secesionistas más recalcitrantes, como los de Plataforma per la Llengua, organización subvencionada por la propia Generalitat, que muy molestos han instado al Govern a explicar "cómo garantizará la atención en catalán a los pacientes". Esta entidad es más conocida como 'los espías del recreo', pues aparte de delatar a comerciantes que rotulan en castellano, entre otros señalamientos, ha espiado a los escolares en los recreos de los centros educativos para ver qué idioma utilizaban. Salvo algún caso aislado que se convierte en anécdota para que pueda acudir raudo el 'Santiago y cierra Cataluña' al que me he referido, no hay ningún problema con el idioma en los centros sanitarios catalanes, y menos con esta pandemia encima. Pero un tal Eduard Voltas, colaborador habitual de TV3 y Catalunya Ràdio, ha pedido que a estos profesionales andaluces "se les haga pasar un curso de capacitación lingüística y al menos nos entiendan".

Espero que ninguna enfermera andaluza 'con ánimo colonizador', que eso se les nota en la mirada, cometa un error con un paciente grave que se exprese sólo en catalán y tengamos un disgusto. Yo pediría que, al menos de momento, atendieran únicamente a enfermos fuera de peligro, porque si por desgracia alguien fallece 'en castellano', va a acudir Santiago Espot hecho un basilisco y la va a liar en el hospital. Como decía el president Tarradellas, "en política se puede hacer todo, menos el ridículo".

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