Salud y deporte

Francisco / Laynez

La muerte súbita de un deportista

EL pasado domingo falleció en Huelva un joven de 22 años mientras jugaba un partido de fútbol. Las terribles imágenes del sevillista Antonio Puerta golpearon nuevamente el cerebro de todos los que amamos el deporte. Cualquier muerte inesperada ya es en sí una tragedia, pero es aún más dramática cuando ocurre en jóvenes deportistas, modelos de buena salud. Nos encontramos ante lo que los médicos denominamos muerte súbita, es decir, una muerte inesperada que se produce de forma instantánea. La dos preguntas que nos surgen son inmediatas: ¿Por que fallece un joven deportista?, ¿se podría haber prevenido la muerte? En España la mayoría de deportistas que fallecen de forma repentina son ciclistas o futbolistas, como bien demuestran los últimos ejemplos. En el 90% de los casos la causa de la muerte se debe a problemas cardiacos, muchos de ellos congénitos. En estos casos el deportista ha nacido con el defecto cardiaco, y es posible que no le haya ocasionado nunca ninguna molestia. Durante el ejercicio un corazón sano aumenta su trabajo para responder a las necesidades de energía que requieren los músculos. Un corazón anormal a veces es incapaz de responder a estas necesidades, y puede aparecer una arritmia (es decir, una alteración del ritmo cardiaco), y finalmente la parada cardiaca y la muerte. Con objeto de detectar algunas enfermedades que desaconsejen la práctica del deporte, se realizan los reconocimientos médicos. En España es obligatoria la práctica de los reconocimientos previos a la realización de cualquier deporte, aunque no existe normativa que especifique qué pruebas se deben realizar. Con la realización de estos reconocimientos médicos podremos evitar la muerte en algunos deportistas, pero no en todos. Sin embargo, una joven vida salvada, sólo una, justifica con creces los esfuerzos realizados en la prevención de la muerte súbita.

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