Será un mundo mejor

Nuestros desencuentros serán historia y nuestra voluntad de ser un solo país hará HistoriaCualquier político con un poco de experiencia y cierto sentido de la realidad sabe que una negociación requiere cesiones

Maravilloso será el día que podamos volver a salir de nuestras casas. Sin duda alguna nos encontraremos un mundo mejor. Nos miraremos a los ojos, recordaremos lo vivido y nos perdonaremos. Nuestros desencuentros serán historia y nuestra voluntad de ser un solo país hará Historia. Volveremos a programar nuestras vidas, guardaremos en la memoria lo que hemos visto, aprenderemos qué es decente. Tacharemos de botarates insolidarios y delincuentes a los que se dedicaron a su propio beneficio y daremos gracias a los que se han jugado su salud por la nuestra. Miraremos a nuestro alrededor y le daremos a cada cual el mérito que le corresponde. Aplaudirá todos los días nuestro corazón a los que han luchado y abofeteará nuestra memoria a los que han pensado en sí mismos antes que en los demás.

Buena lección habremos aprendido si, al salir de casa, todos sabemos quién ha peleado contra la sociedad y cuántos han ayudado cuidando, cultivando, curando, enseñando, fabricando materiales, informando con rigor, transportando, vendiendo medicamentos, vigilando. El día que volvamos a salir a las calles, recordaremos hacer como quería Horacio: viviremos y disfrutaremos del momento, porque a saber cómo será el siguiente. Buscaremos, como defendía Cicerón, la concordia de las clases. Saldremos de las casas y oiremos el canto de los pájaros en vez del reggaetón de los coches Al cruzar el umbral y tomar el airecillo de la libertad, descubriremos un mundo en el que se valore a la gente por cómo es y no por lo que tiene, en el que se mire a los insolidarios con pena y se los aparte de la consciencia con misericordia, un mundo en el que a Don Salvaje no lo persigan los dueños del Soma. ¿No sería fabuloso volver a un mundo en el que los seres humanos se traten como hermanos? ¿No sería un mundo mejor si, en vez de enfrentarnos a los que niegan la igualdad, la encontráramos ya en todos lados? ¿No nos gustaría volver a una calle en la que la libertad fuera un modo de vida? ¡Cuánta belleza si por las noches pudiera ver las estrellas sin más! Quieran los Dioses que en ese mundo no reine el Dios Beneficio, ni sus parientes Especulación, Lucro y Egoísmo...

Alfio, el asesor de imagen, siguió escribiendo el discurso de su patrón igual que meses antes había redactado los de su rival. Ya le dolía la cabeza de tanto sentirse decente. Se tomó la temperatura: tanta bondad no era buena. Sería una gripe.

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