El medio y el ambiente

...Y los nabos en adviento

Obremos como dice Küppers: no se trata de hacer cosas extraordinarias, se trata de hacer las cosas ordinarias como si fueran extraordinarias

Según Internet que todo lo sabe, el Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo más próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía. Hasta aquí lo clásico.

Ahora lo moderno: pues que se nos ha metido lo del viernes negro y lo del ciber lunes de rebajas y estímulos para gastar hasta lo que no tenemos, pero nos dicen que sin problemas, que lo gastemos y hagamos como que pagamos, porque en realidad no pagamos. El "tendero" cobra, pero nosotros no pagamos, ya pagaremos después.

Y en medio de todo esto, me llega un "guasap" de un amigo con un video de Victor Küppers, que se gana la vida explicando cómo vivir feliz usando la psicología positiva. No tenía el gusto de conocerlo, pero con un par de videos de youtube descubro que coincidimos en que la vida es sencilla, pero no fácil. Esa afirmación, que defiendo a pesar de los pesares, también me reafirma en la "teoría/afirmación" de Okhan: "de todas las soluciones posibles, la más sencilla es la más probable". Aun no siendo una teoría científica, sirve para explicar por qué nos complicamos tanto la vida. Da igual los motivos. Unas veces será por gastos superfluos, otras por descuidar la familia, otras por hacer lo propio con las amistades, y otras veces tratando de resolver un problema de química, aunque éstos son bonitos y fáciles.

Además, he hablado del Adviento con la intención de desmaterializar la Navidad, en la que lo importante no es cuánto cuesta la cena; lo importante es si los cuñados han conseguido por una vez en la vida, terminarla sin que le de un soponcio a la suegra. Otro clásico: los accidentes cortando jamón. Seamos humildes y reconozcamos que eso no es lo nuestro, que la teoría nos la sabemos, pero la práctica es para los profesionales. ¡Ah! Y los de Serón y alrededores siempre nos han sabido a gloria bendita. Echemos cuentas antes de tratar de epatar a los invitados; recordemos al Guerra (al torero) "lo que no puede ser, no puede ser. Y además es imposible". Además, con lo de la capitalidad gastronómica, el alcalde nos ha dado argumentos sobrados para defender lo nuestro.

Así, que obremos como dice Küppers: no se trata de hacer cosas extraordinarias, se trata de hacer las cosas ordinarias como si fueran extraordinarias. Pero eso si, sin echarlas en cara. No hagamos como el fraile: "Padre Prior, lo he conseguido, soy el más humilde del convento".

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