Plaza Vieja

luis Rogelio Rodríguez

Son necesarias más obras y menos palabras

LAS recientes visitas a nuestra capital del secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, así como la del director general de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, Pablo Saavedra, han supuesto una nueva demostración del compromiso real y efectivo del gobierno de España con Almería. Es verdad que ninguno de ellos dijo, como la presidenta de la Juntade Andalucía, Susana Díaz, que llevaban Almería en su corazón ni nada así de hermoso, pero intuyo que los almerienses no se lo van a tener en cuenta, más que nada porque la visita del primero trajo aparejado el inicio de unas obras históricas para la ciudad de Almería: el levantamiento de la playa de vías junto a la vieja estación de tren posibilitando un espacio de encuentro y comunicación verdaderamente espectacular para los almerienses, mientras que la del segundo supuso la constatación del avance real de los trabajos de recuperación ambiental del Delta del Río Andarax y la prolongación del Paseo Marítimo. Hablo de obras reales y no de hermosos proyectos que luego no se cumplen.

¿De qué valen las promesas de la Junta sobre el hospital materno-infantil, la facultad de Medicina o la rehabilitación de la Plaza Vieja, entre otras? Frente a esa línea de política-ficción, el Partido Popular está demostrando que afortunadamente existe otro modo de hacer las cosas. Y eso significa que Almería va a recuperar dos espacios muy interesantes: de un lado el delta del Andarax hasta conseguir enlazar el Paseo Marítimo, una prolongación que, como muchos almerienses recordarán, fue puesta en almoneda electoral por la entonces ministra socialista Cristina Narbona, asegurando que esas obras se llevarían a cabo si los almerienses votaban al PSOE en las municipales.

Junto a eso, no podemos olvidar la histórica transformación del centro de Almería que supondrá la actuación en la zona resultante de la eliminación de la playa de vías junto a la vieja estación de tren. En definitiva, dos espacios nuevos que supondrán una mejora espectacular de una ciudad que, además de que la lleven en el corazón, necesita de administraciones trabajadoras, cumplidoras y eficaces que sean capaces de hacer obras y no sólo pronunciar buenas palabras.

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